"¡Cuenta lo que has visto y oído!" - DOMUND 2021

"¡Cuenta lo que has visto y oído!" - DOMUND 2021

+ Mons. Manuel Herrero Fernández, OSA. Obispo de Palencia

El domingo pasado escribía destacando uno de los tres pilares sobre los que se apoya y sostiene la Iglesia, que siempre debe ser sinodal, es decir, comunidad de creyentes que caminan juntos, abiertos y guiados por el Espíritu Santo, para llevar y continuar la misma misión de Jesucristo, es decir, hacer presente el Reino de Dios.

Esto tenemos que realizarlo siempre y en todas partes. Aquí en Palencia, en Castilla y León, en España, en Europa, en el mundo entero; no podemos engañarnos a nosotros mismos creyendo que como Palencia, España, etc., tiene raíces católicas ya lo somos para toda la vida y en todos los ámbitos de la existencia. Nos recordaba el papa el otro día, con Gustav Mahler, que no se trata de custodiar lo venerar cenizas, sino de avivar y custodiar el fuego. No podemos quedar en custodiar las cenizas de la Iglesia, de nuestra asociación, de nuestro grupo; no se trata de adorar nuestras propias cosas, que nos encierran, sino custodiar el fuego del Espíritu y extenderlo. Es el deseo de Jesús: «He venido a prender fuego a la tierra. ¡Y cuánto deseo que ya esté ardiendo!» (Lc 12, 49). Esta es nuestra misión. La de todos. El don que hemos recibido no es para nosotros: es para todos y es una responsabilidad personal y comunitaria; todos tenemos que dar testimonio con hechos y no solo con palabras, de las maravillas de Dios, que, si se conocen y aceptan, ayudan a los hombres y mujeres a descubrir su existencia, y sentirse amados, acompañados, perdonados, y salvados por Dios que en Cristo se ha manifestado como amor total.

Pero hay muchos cristianos palentinos, en total 292 -más detalladamente: 3 obispos, 12 sacerdotes de la diócesis,64 sacerdotes religiosos, 212 miembros de vida consagrada, y un laico- que dejando su familia, sus parientes, sus pueblos, nuestra tierra, han ido a otros países -49 cuatro continentes- a colaborar con lo que son y tienen con el Espíritu Santo y hacer presente el Reino de Dios, que es reino de Justicia, de vida, de verdad, de paz y amor, el único que trae la felicidad a los hombres y mujeres de la tierra, con sus palabras y obras en los diversos campos de la actividad humana. Lo hacen por convicción, por vocación y por voluntad propia, pero también en nombre de toda la comunidad diocesana.

El lema de este año recoge una frase de los Hechos de los Apóstoles, 4, 20: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído»; Pedro y Juan son apresados por en el templo de Jerusalén por hacer un milagro a favor de un enfermo, enseñar al pueblo y anunciar la resurrección de Jesús; son encarcelados y cuando comparecen ante las autoridades religiosas siguen dando testimonio valiente d que sólo en Jesús está la salvación; las autoridades se admiran de su seguridad, notan que eran hombres sin letras ni instrucción y estaban sorprendidos. Les prohíben hablar y enseñar en el nombre de Jesús y es cuando dice: «¿Es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a él? Por nuestra parte no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído» (4, 20). Esto es lo que hicieron ellos y otros muchos a lo largo de la historia, algunos, bastantes, incluso con su vida, sufriendo cárceles, persecuciones, incomprensiones, rechazos y muerte. Ellos experimentaron la fuerza del amor de Dios y quisieron compartir lo que habían visto y oído, lo que ellos experimentaron de la compasión y ternura de Dios. No enmascararon ni dulcificaron las exigencias del amor, no se hicieron los sordos, ni fueron apáticos, ni fueron cómodos, sino que con valentía y decisión anunciaron los que habían experimentado: que Dios nos ama a cada uno y a todos y quiere salvarnos a todos.

La Iglesia en Palencia, y me atrevo a decir que también la sociedad palentina, tiene una obligación moral y espiritual para con ellos. Una obligación de gratitud, de apoyo con la oración especialmente el domingo próximo, con nuestra ayuda económica en esta Campaña del Domund, y en otras campañas, y expresando nuestra estima cuando vengan a estar con su familia con motivo de las vacaciones o por otros motivos.

Seamos todos misioneros, hablemos con obras y palabras de lo que hemos visto y oído, y apoyemos a los misioneros y misioneras de Palencia y del mundo entero.