Mons. Manuel Herrero Fernández, OSA, nació el 17 de enero de 1947 en Serdio-Val de San Vicente, (Cantabria).
Ingresó en el Seminario Menor “San Agustín” de Palencia. Estudió Filosofía y Teología en el Monasterio Agustino de “Santa María de la Vid” (Burgos), en el “Estudio Teológico Agustiniano” de Valladolid y en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid). Obtuvo el Bachillerato en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid) y la Licenciatura en Teología Pastoral por la Universidad Pontificia de Salamanca, sede de Madrid.
Hizo Profesión Solemne el 25 de octubre de 1967, siendo miembro de la Orden Agustina, Provincia del “Santísimo Nombre de Jesús de España”. Fue ordenado sacerdote el 12 de julio de 1970, por el entonces Obispo de Palencia, Mons. Anastasio Granados.
Ha desempeñado los siguientes cargos:
- Formador en el Colegio Seminario Agustino de Palencia.
- En Madrid: Director Espiritual del “Colegio Nuestra Sra. del Buen Consejo”; Párroco de “Ntra. Sra. de la Esperanza”; Delegado del Vicario de Religiosas; Prior de la Comunidad de “Santa Ana y La Esperanza”; Arcipreste de “Ntra. Sra. de la Merced”; Profesor de Pastoral en los Centros Teológicos agustinos de El Escorial y de Los Negrales; Vicario Parroquial de “San Manuel y San Benito”.
- En Santander: Primer Párroco de “San Agustín”; Delegado Episcopal de “Caritas y Acción Social”; Profesor del Seminario Diocesano de Monte Corbán; Delegado Episcopal de Vida Consagrada; Vicario General de Pastoral; Párroco de “San Agustín”; del 22 de diciembre de 2014 hasta el 30 de mayo de 2015 Administrador Diocesano de Santander durante la sede vacante; Profesor del Instituto Teológico de Monte Corbán, Vicario General y Moderador de la curia de la diócesis desde 2002, y párroco de “Ntra. Sra. del Carmen” desde 2014.
El 26 de abril de 2016 fue nombrado Obispo de Palencia por el Papa Francisco y el 18 de junio del mismo año fue ordenado Obispo e inició su Ministerio Episcopal en la Sede palentina.
ESCUDO
Parte superior
Mitra con el Espíritu Santo. «Recibe la mitra, brille en ti el resplandor de la santidad, para que cuando aparezca el Príncipe de los pastores, merezcas recibir la corona de gloria que no se marchita» (Ritual de Ordenación).
Báculo del Buen Pastor. «Recibe el báculo, signo del ministerio pastoral, y cuida de todo el rebaño que el Espíritu Santo te ha encargado guardar como pastor de la Iglesia de Dios» (Ritual de Ordenación).
Parte media, en fondo azul
Una estrella de ocho puntas. Representa a la Virgen María, Estrella de los mares y de Evangelización.
Siete estrellas. Representa a las siete Iglesias del Apocalipsis, que están en la mano del Señor Resucitado siempre, también en tiempos duros y recios, y nunca las abandona (Cfr. Apoc 1, 16, 20; 2,1).
Parte inferior
Escudo de la Orden de San Agustín. El libro abierto, hace alusión a la Sagrada Escritura. Sobre él se encuentra un corazón atravesado por el dardo de la caridad «Sagitaveras tu, Domine, cor nostrum caritate tua» (San Agustín, Conf. 9, 23). Del corazón brotan dos gotas de sangre. Representan el amor a Dios y al prójimo: «Realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacía él, que es la Cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor». (Ef 4, 15). Y todo ello manteniendo el principio de inspiración agustiniana, expresado por Rupertus Meldenius, en el siglo XVII: «In necessariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas» ... «En lo necesario, unidad, en la duda, libertad, y en todo caridad».
LEMA: “MISERICORDIA TUA”
Hace alusión al hilo transversal de la Historia de la salvación, desde la creación hasta la gloria futura. Todo es obra de la Misericordia del Padre, cuyo rostro es Jesucristo y que llega a la Iglesia, al mundo y a la creación entera por el Espíritu Santo. Es una confesión de fe y de confianza absoluta. Es, además, una referencia a San Agustín que en todas sus obras, especialmente en las Confesiones, canta la misericordia de Dios, y una referencia al Beato Pablo VI, que en la Meditación ante la Muerte dice: «Siempre me parece suprema la síntesis de San Agustín: miseria y misericordia. Mi miseria y tu misericordia».