Jueves, 01 Agosto 2019 11:06

Celebrando la Palabra - XVIII Domingo Tiempo Ordinario (4 de agosto)

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Celebración del XVIII Domingo del Tiempo Ordinario. 4 de agosto de 2019.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos poner delante del altar una de estas frases: “La vida es más que dinero” o “Aspirad a los bienes de arriba”.

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición. La pregunta por el sentido de la vida nunca está de más. Cuestionarnos la finalidad de nuestros ajetreos diarios, el trasfondo de nuestros deseos o el objetivo de nuestras aspiraciones, es necesario y saludable.

Puede que consideremos buenos y valiosos determinados aspectos que en realidad no ayudan a vivir en profundidad.

Hay quien se afana por tener muchas cosas y al final no es feliz, se encuentra vacío. La calidad y el atractivo de las personas es, sobre todo, una cuestión interior, un asunto del espíritu. La doctrina y el testimonio bíblico van hoy por ahí.

Canto

Saludo. Hermanas y hermanos, guardaos de toda codicia; sólo interesa ser rico ante Dios. Bendigamos al Señor que nos descubre la verdad.

Acto penitencial. Reconociendo que somos pecadores, pidamos perdón. (breve silencio). Yo confieso....

Gloria

Oración. Dios, Padre bondadoso, ven en ayuda de todos tus hijos; derrama tu bondad inagotable sobre esta Comunidad reunida; renuévanos y protégenos ya que eres nuestro creador y nuestro guía. Por J. N.S.

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. El predicador de la primera lectura nos dice que hay mucho de vaciedad y de vanidad en lo que hacemos. ¿Es así?

La segunda lectura nos recuerda que, mirando con los ojos del corazón a Jesús resucitado descubrimos otra escala de valores que eleva la dignidad y la moral.

El Evangelio insiste: la vida no depende de los bienes; no es bueno acumular egoístamente. Lo acertado es ser rico ante Dios.

Lecturas. Ecl 1-2; 2,21-23. Salmo o canto. Col 3,1-5.9-11. Aclamación. Lc 12,13-21, Breve silencio.

Comentario homilético. Muchas personas que hoy tenemos como ejemplos y testigos de la fe -santos y santas-; en la primera etapa de su vida se equivocaron una y otra vez. muchas veces yendo de amargura en amargura, de frustración en frustración. hasta que llegaron a convencerse que estaban en el camino equivocado. Experimentaron que la vanidad produce un vacío interior que lleva a la decepción. ¿Solución? abrirse a la luz de Dios. experimentaron un cambio tan radical que tenemos figuras como San Agustín de Hipona o Santa Margarita de Cortona; ambos Exclamaban: Nos hiciste Señor para Ti....  

Una de las tentaciones más fuertes que todos padecemos es la de tener y tener. Pero cuando se convierte en una obsesión nos arrastra y nos precipita al absurdo, al sinsentido. ¿para qué el exceso de bienes, si nos quita el sueño y es causa de envidia y de tensiones? ¡Claro que necesitamos unos medios de subsistencia para vivir dignamente! Pero, ¿dónde comienza lo que es superfluo, egoísta y escandaloso? La sensibilidad evangélica nos los indica con suficiente claridad: Ningún exceso es lógico ni hace bien. Al contrario, todos los excesos dañan la espiritualidad. Por tanto, los bienes materiales y el dinero al servicio de la vida personal y comunitaria, no al revés. Si con el paso de los días, no llegamos a ser ricos ante Dios, hemos malgastado la vida.

Hay valores muy superiores al dinero. El ser humano es mucho más que materia. Por eso dice el autor de la carta a la comunidad cristiana de Colosas: “Hermanos, si habéis resucitado con Cristo, aspirad a los bienes de arriba... No sigáis engañándoos unos a otros”.

Solo se disfrutan los bienes cuando se valoran adecuadamente y se utilizan dignamente. No debemos confundir bienestar, con, Estar Bien; lo primero es algo externo, lo segundo y con mayúsculas, es un sentimiento que abarca a toda la persona y se exterioriza haciendo el bien, porque estoy bien y no me sale hacer otra cosa. Para quien vive así, lo más importante es el Reino de Dios y su justicia, es decir, el equilibrio entre unos y otros, la repartición de bienes, la fraternidad.

Jesús no ha venido a resolver asuntos de herencias, su papel es el de iluminar la vida con mensajes, gestos y signos, y actuando como Él, nosotros, deberemos de aprender a resolver nuestros “problemas” familiares y sociales, (silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Para que la Iglesia sea un espejo de Dios, roguemos al Señor.

Para que crezca en nuestro entorno el deseo por la espiritualidad, roguemos al Señor.

Para que todos entendamos que el trabajo es un valor y un derecho, roguemos al Señor

Para que nadie sea tan egoísta que acumule sin pensar en los demás, roguemos al Señor

Para que vivamos los valores de Jesús co entusiasmo, roguemos al Señor.

Por todas nuestras intenciones y necesidades, roguemos al Señor.

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. La riqueza espiritual es la que más ayuda a vivir. El exceso de bienes materiales complica la vida y muchas veces encarcela el corazón. Acumular es de necios. La vida no depende del dinero. Los que comulgamos vitalmente con Jesús, tenemos que elegir un estilo de vida sencillo y solidario.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Con el alma renovada y disfrutando la vida,
te alabamos, Padre amigo y salvador.

No te rezamos por ningún interés lucrativo,
sino por necesidad espiritual y para sentirnos vivos.

Tú nos haces verdaderamente ricos, dignos, libres.
Sólo Tú nos elevas hasta la altura de la humanidad soñada.

Hemos padecido la vanidad de la vida
y hemos gozado el encuentro de ser pobres por opción.

Nos reafirmamos en la sabiduría del dar y recibir,
en el equilibrio que eleva y hace hermosa la vida.

No queremos más engaños ni frustraciones
provocados por tantos tipos de vanidad.

Nosotros nos agarramos al Evangelio y revestidos de Jesús
nos unimos a todas las personas que aman y rezan y te decimos. Padre nuestro ...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión

Acción de gracias

Te damos gracias, Padre, por Jesús despojado y resucitado, revestido de Espíritu, persona lograda y ejemplar.

Es el símbolo de las más altas aspiraciones humanas.

Contemplamos su testimonio y nos llenamos de alegría interior, meditamos su redención y la conciencia nos habla.

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Evaluar seriamente ante Dios qué nos sobra y qué nos falta.

Bendición

Monición final. Vivir para uno mismo, no tiene sentido; frustra. Dejar los instintos a su aire, también es un engaño y conduce a la amargura.

Por eso es sensato ser ricos por dentro y aspirar a lo bienes que elevan la personalidad. La lección de hoy es clara: Sólo seremos felices viviendo en amistad con Dios y siendo consecuentes con los compromisos que nacen de esta amistad. Ánimo y buena semana para todas y todos.

Canto final y despedida.

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