1. AMBIENTACIÓN
Podemos colocar delante del altar una de estas frases: “Un fuego que purifica” o “Con Jesús o contra Jesús”.
2. RITOS INICIALES
Monición. Una vez más, nos reunimos fraternalmente en la presencia de Dios que no deja de acompañarnos y, también, una vez más el mensaje del domingo nos quiere ayudar a fortalecer nuestra condición cristiana.
En el seguimiento de Jesús no hay vacaciones. Dios quiere que vivamos atentos y en vigilancia constante contra todo aquello que nos pueda despersonalizar o deshumanizar.
No es fe auténtica la que nos adormece, sino la que nos pone en movimiento y nos lanza a tomar opciones Evangélicas.
Canto
Saludo. Hermanas y hermanos, somos el grupo que busca al Señor. Bendigamos su Santo Nombre.
Acto penitencial
Tú que nos llamas a la fraternidad: Señor, ten piedad.
Tú que incitas a pelear contra el pecado: Cristo, ten piedad.
Tú que inspiras confianza: Señor, ten piedad.
Gloria
Oración. Dios, Padre bondadoso, que has preparado bienes inefables para los que te aman; inspíranos el amor a Ti, para que, amándote en todo y sobre todas las cosas, hagamos más auténtica nuestra vida. Por J. N. S.
3. LITURGIA DE LA PALABRA
Monición a las lecturas. Jeremías tuvo que ejercer su misión de profeta denunciando falsedades y no dejándose comprar. Por ello fue perseguido, lo pasó verdaderamente mal.
Jesús quiso ser bueno con todos, pero sin fallar a su misión. Con su palabra y con su vida anuncio un mensaje que levantó oposición. Ya desde pequeño habían dicho de ÉL que sería como una bandera discutida...
El Evangelio recoge este conflicto que se genera frecuentemente en torno a su mensaje. Jesús no fue un revolucionario, quiso verdaderamente la paz. Pero cuando se actúa con independencia y se adoptan decisiones como las suyas, aparece el conflicto sin que se busque.
Lecturas. Jr 38, 4-6. 8-10. Salmo o canto, Hb 12, 1-4. Aclamación. Lc 12, 49-53. Breve silencio.
Comentario homilético. Sabemos que los profetas, los “hombres de Dios”, generalmente lo pasan mal. Es lo que destaca hoy el pasaje de Jeremías, a quien le hacen la guerra por transmitir las verdades de Dios. Lo llamativo es que incluso lo quieren eliminar porque no busca el bien del pueblo, dicen. ¡Qué hipocresía! El verdadero testigo de Dios, y Jeremías lo era, es el que más ama al pueblo, a la gente y quien más se compromete por su liberación. Pero, como dice las verdades, resulta incómodo, indeseable...
Así será siempre... La fe auténtica es profética y, a los profetas no les va muy bien en un mundo que se rige por las coordenadas de la indiferencia, la mentira y el egoísmo. El seguimiento de Jesús frecuentemente produce el rechazo de la sociedad, e incluso de la propia familia, que a veces no comprenden que Dios sea nuestro valor absoluto. Sin embargo, hemos de amar a Dios sobre todas las cosas y obedecer sus planes, aunque ello sea causa de división. Jesús es especialmente claro: “O conmigo o contra mí”. En este asunto del seguimiento, no es posible neutralidades ambiguas.
Evangelio que acabamos de escuchar nos puede parecer atrevido, radical y hasta desconcertante. Nos sorprende ver a Jesús hablando de enfrentamientos familiares... En realidad, no ha de extrañarnos tanto, Él es un decidido y un valiente, no un violento. No admite más violencia que la que uno se exige para ser fraterno. Jesús desea la paz, regala la paz, consuela con la paz; pero sabe que surge la división cuando uno no se vende y sigue siendo fiel a los planes de Dios.
En resumen, Jesús nos viene a decir hoy que la revolución que proyecta y la redención que protagoniza, no se pueden llevar a cabo, no se consiguen, sin cruz; es decir, sin esfuerzo y, aceptando ser rechazados, Aceptar este principio es la clave del éxito en el seguimiento y el camino para encontrar la paz y poder así ser sembradores de esperanza. (silencio de interiorización)
Credo
Oración de los fieles
Para que la Iglesia esté siempre al servicio del Evangelio, roguemos al Señor.
Para que la paz verdadera se alcance en todos los pueblos, roguemos al Señor.
Para que la diversidad de opiniones no rompa la paz de las familias, roguemos al Señor.
Para que sepamos expresar nuestras convicciones y desacuerdos con elegancia y sin agresividad, roguemos al Señor.
Para que no nos cansemos de luchar contra todo lo que deshumaniza a las personas, roguemos al Señor.
4. RITO DE LA COMUNIÓN
Monición. Jesús es un creyente apasionado y ardoroso. La fe no es ningún tranquilizante, enardece y compromete. La comunión con Jesús estimula la fidelidad.
Canto
Introducción al Padre nuestro
¡Cómo te bendecimos, Padre, por este Jesús tan auténtico,
independiente y fraterno!
obediente a tu verdad y provocador de opciones!
¡Qué claro lo expresa:
“He venido a prender fuego en el mundo
y ojalá estuviera ya ardiendo!”.
Manifiesta con decisión que no hay nada mejor que tu Reino;
pero tu Reino sufre ataques y es causa de división ...
¡Cómo lo experimentó Jesús:
“Tengo que pasar por un bautismo
y que angustia hasta que se cumpla”!
Cada día hay testigos que padecen este bautismo de sangre,
que sufren persecución por causa de tu Reino.
Padre santo, haz que esta Comunidad te viva en comunión.
Siembra tu paz en nuestro pueblo
y que un día culmine en cosecha de fraternidad gozosa.
Con todos los que defienden tu verdad,
te rezamos juntos la oración de la fraternidad: Padre nuestro...
Gesto de la paz
Distribución de la comunión: canto
Acción de gracias
Te damos gracias, Padre, por todos los que nos enseñan a vivirte como el valor fundamental, absoluto. Tú no estás en contra de nada que sea bueno y digno. Al contrario, todo lo honrado y noble va contigo.
Te damos gracias por Jesús, que nos abre los ojos y nos invita a decidirnos por causas justas.
Y te damos gracias por el Espíritu, fuego de amor y fuerza impetuosa, que nos ayuda permanentemente a poner en práctica la fe.
Sabemos, Padre, que ser cristianos es de valientes y un disfrute de fidelidad.
5. RITO DE CONCLUSIÓN
Compromiso. Reforzar el testimonio y la militancia, incluso frente a la familia. Dios es lo primero. Nada ni nadie le han de hacer sombra.
Oración después de la comunión. (se toma del misal)
Bendición
Monición final. Generalmente la despedida de nuestras celebraciones es: “Vayamos en paz”. Extender la paz de Dios es un compromiso de todo encuentro cristiano. Por eso, cada uno de nosotros la debe llevar dentro de sí. La paz del Evangelio tiene como raíz la verdad. No habrá paz verdadera si evadimos los problemas. BUENA Y SANTA SEMANA PARA TODAS Y TODOS.
Canto final y despedida.