1. AMBIENTACIÓN
Podemos colocar un cartel con una de estas frases: “Lo que importa es amar” o, “Ama al Señor y al prójimo”.
2. RITOS INICIALES
Monición de entrada. Hermanas y hermanos, el amor lo define todo, este es el mensaje que nos propone hoy la Palabra. Amar a Dios y al prójimo no es lo mismo, pero son inseparables: uno exige al otro y se complementan. No hay mandamiento mayor que éstos.
El estilo cristiano y el culto verdadero van por esta línea. Si entendemos esto, comprenderemos lo esencial del Evangelio. Por ahí va también el Reino de Dios, ese que pedimos y anhelamos en la oración que Jesús nos enseñó.
Canto
Saludo. Hermanas y hermanos, alabemos juntos al Señor, que merece todo nuestro amor.
Acto penitencial
Porque no amamos como Tú nos amas, Señor, ten piedad.
Porque eres un experto en humanidad, Cristo, ten piedad
Porque seguimos más nuestros intereses que tus consejos, Señor, ten piedad.
Gloria
Oración. Dios de poder y misericordia, de quien procede el que tus fieles te sirvan digna y meritoriamente, concédenos avanzar sin obstáculos hacia los bienes que nos prometes. Por J. N. S.
3. LITURGIA DE LA PALABRA
Monición a las lecturas. Ayudar a los demás es la mejor manera de entender el amor de Dios. Jesús tiene claro que el mejor culto es ofrecerse uno mismo por amor. Este amor único y condensado tiene dos vertientes para Jesús: Dios y el prójimo. En la revelación de la Biblia no tenemos nada superior a esto.
Lecturas. Dt 6,2-6. Salmo o canto. Hb 7, 23-28. Aclamación. Mc 12, 28 -34. (Breve silencio)
Comentario homilético. En muchos ambientes de nuestra sociedad los slogans publicitarios que más suenan son: “compra”, “disfruta”, “viaja”, “vive a tope”. Para una mentalidad individualista el objetivo principal es: “sube”, “triunfa”, “vive para ti mismo” ... Para un cristiano el mandamiento principal es: “ama a Dios y al prójimo”.
Sabemos de memoria y desde niños (al menos los que pasamos de los cincuenta) que todos los mandamientos del cristiano se resumen en dos: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo”. Pero, ¿lo sabemos también con el corazón y lo expresamos en la vida de cada día? Aquel letrado que preguntó a Jesús parce que quedó muy convencido. ¿Qué grado de convencimiento tenemos nosotros?
El amor a Dios y el amor a los demás no se confunden, pero van íntimamente unidos; son inseparables para las personas que nos llamamos seguidoras del Maestro. Más aún, el amor al prójimo es la muestra testimonial de que amamos a Dios. Y es lo mejor que podemos hacer para alabarlo y darle gloria. Poner la vida al servicio del amor vale más que todas las devociones, ofrendas y sacrificios. El culto nuevo y específico que Dios espera de nosotros es que amemos a espacio pleno y a fondo perdido.
Jesús, y con Él todas las personas creyentes lúcidas afirman que lo fundamental y prioritario de la fe es el amor, es como la esencia de la religión. Por eso, los cristianos y cristianas hemos de sobresalir en el amor a Dios y a los demás. Es como nuestra identidad, aquello por lo que nos han de conocer los que nos vean.
Por tanto, es conveniente que nos examinemos: ¿Cómo andamos de amor a Dios y al prójimo? Comentaban una vez en una Parroquia: “Ya pueden habernos ungido con un litro de aceite el día de nuestro bautismo, si no amamos no somos cristianos. Y pueden habernos echado aquel día un cubo de agua, o haber encendido el cirio más grande del mundo; si no amamos no somos cristianos” ... Lo de San Pablo: “Si no tengo Amor, no soy nada” (Silencio de interiorización)
Credo
Oración de los fieles
Por la Iglesia, para que sea un símbolo permanente del amor de Dios al mundo, roguemos al Señor.
Para que el amor y el respeto a los derechos humanos crezcan en todo el mundo, roguemos al Señor.
Para que las pequeñas Comunidades Cristianas sean testigos entusiastas del amor a Dios, roguemos al Señor
Para que todas las personas desarrollemos el amor como una vocación que da profundo sentido a la vida, roguemos al Señor.
Por los esposos, para que sean ejemplo de amor y de buena convivencia, Roguemos al Señor.
Por los enfermos e impedidos, por los que se sienten solos o sobrecargados de problemas, para que sientan el amor de cada uno de los miembros de su comunidad, roguemos al Señor
Por todos nosotros, para que vivamos la fe con gozo, y seamos tejedores de redes que manifiesten el amor a las personas de su entorno, roguemos al Señor.
4. RITO DE LA COMUNIÓN
Monición. Para las personas de fe el amor a Dios y al prójimo ha de ser siempre lo primero. Damos gloria a Dios si amamos a los demás. Qué la comunión con Jesús consolide estas convicciones.
Canto
Introducción al Padre nuestro
Padre santo, te bendecimos con todo nuestro ser.
Has querido sembrarnos en los surcos del mundo
para que seamos cosecha de tu amor.
Te has adelantado amándonos primero.
Nosotros también te amamos mucho
y te damos gracias por elegirnos como hijos.
Jesús, tu Palabra reveladora, nos asegura
que nada te agrada tanto como el amor.
Tú eres amor y nos convocas a vivir en el cariño auténtico.
Todas las personas buscan esta experiencia.
Nadie es feliz lejos del amor.
Padre santo, el amor puro y de calidad solo viene de Ti,
llega a nosotros como el mayor de los regalos
y se extiende por el mundo en mil gestos de donación.
Consérvanos en tu amor. Te lo pedimos juntos
con la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro....
Gesto de la paz
Distribución de la comunión: canto
Acción de gracias: Se invita a la asamblea para que manifieste su agradecimiento públicamente.
5. RITO DE CONCLUSIÓN
Compromiso. Amar a Dios y al prójimo como lo más urgente y principal que tenemos los cristianos y cristianas.
Oración después de la comunión: se toma del misal
Bendición
Monición final. Muchas veces sentimos que el amor es bello y fácil. Pero, otras tantas, no entendemos por qué se nos vuelve tan raquítico. En todo caso recordemos que Dios es amor y nos ha hecho a su imagen.
Hacer comunidad es amar. Colaborar para hacer un pueblo mejor es amar. Amar se traduce en solidaridad, servicio, atención, respeto. Amando se unen esfuerzos. Al amor, en definitiva, se reducen todos los buenos consejos. Trabajando la fraternidad con los vecinos y vecinas alargamos con acierto el sentido de esta celebración.
Canto final y despedida