En este “Tiempo de Gracia” que nos regala la Iglesia con el Adviento llegamos al Primer Domingo. “Llamados para Vivir”, invitados a una mirada interior, como si fuésemos nosotros mismos que tenemos que mirar al corazón e interpretar qué nos está diciendo Dios en lo más hondo del corazón… En este domingo invitados a estar Despiertos …para escuchar.
EVANGELIO
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.
San Lucas 21, 25-28.34-36
RECONOCER
Se acerca nuestra Liberación
Comenzamos un nuevo año litúrgico con el tiempo gozoso del Adviento. En él hacemos memoria de las tres grandes venidas del Señor. La primera tuvo lugar hace 2024 años en Belén. La segunda, aún por llegar, se refiere al final de los tiempos, como describe san Lucas: Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje. Cristo victorioso volverá a la tierra mostrando su soberanía sobre la historia y el cosmos. Hay una tercera, la que viviremos en la noche santa de la Navidad que, a través del hoy de la Liturgia, nos convierte en contemporáneos de este acontecimiento y nos introduce en la eternidad De Dios.
En este Domingo, san Lucas anuncia que se acerca nuestra liberación. El pueblo de Israel, liberado de la esclavitud e introducido en una tierra nueva, es imagen de lo que el Señor viene a realizar en nosotros. San Lucas utiliza tres actitudes corporales para acoger esta liberación-salvación:
Levantaos. El demonio nos sometió a la frustración del pecado. La primera desobediencia postró a nuestros padres. Jesús viene para extender su brazo a cada hombre que yace en la cuneta de la vida, tendido por el pecado. Experimentamos entonces la misericordia infinita del Padre, que nos llena de una esperanza serena e inagotable. Comenzamos a rebosar de amor mutuo y de amor a todos (I Tes 3,12).
Alzad la cabeza. Un cristiano siempre mira a lo alto. La mirada siempre tiene que estar en el punto por el que Jesús regresó al Padre y un día volverá a nuestro encuentro. De ahí que san Lucas nos prevenga para que no se emboten nuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida (Lc 21,34). Todo lo creado es bueno, pero es medio -no un fin en sí mismo- para alcanzar el único fin: la bienaventuranza eterna.
Manteneos en pie. Cuando uno ha sido levantado, alza la cabeza y fija la mirada en Aquel que inicia y completa su fe, Jesús (cf. Heb 12,2). Entonces es capaz de mantenerse en pie aun en medio de la prueba y la dificultad, Porque cuando es débil, entonces es fuerte.
¿Quieres vivir en la libertad de los hijos de Dios?: levántate, alza la cabeza y mantente en pide delante del Señor que viene.
INTERPRETAR
Testimonio de Vida y Oración - Álvaro Sicán: de pandillero a Mercedario y capellán de una cárcel
Nací en Guatemala…
Desde los 7 años entré en el mundo de las pandillas, por lo que en mi infancia aprendí cosas que no debía…
Según iban pasando los años metido en ese mundo de las pandillas empecé a ver cómo mis amigos iban muriendo unos por intoxicaciones, a otros los mataron, otros se suicidaron, muchos estaban en prisiones…
Esta experiencia de muerte que habitaba a mi alrededor empezó a hacerme mella, me hizo DESPERTAR, y acabé preguntándome qué sentido tenía mi vida.
Y me dije: ¿Y ahora qué?
Esta pregunta tuvo respuesta, y esa respuesta fue ESCUCHADA.
No sé por qué entré en una iglesia. Allí encontré un sacerdote y le conté todo lo que sentía. Me dijo que fuera a mi parroquia y casualmente era una iglesia de los Mercedarios.
Sobre mi vocación solo puedo decir que es parte del milagro que Dios hizo en mi vida. Hoy soy religioso Mercedario y ejerzo mi misión en España, concretamente como capellán de la prisión zaragozana de Zuera.
ORANDO
Gracias por la escucha - Fran Delgado, sj
Gracias, Señor, por hacernos capaces de la escucha.
Por poder acoger otra vida sin adulterarla
y agradecer con asombro lo que se nos confía.
Sin opiniones prematuras, sin valoraciones patosas.
Gracias por hacernos capaces de estarnos de pie
ante la ternura y la inocencia de otro
cuando se nos muestra sin tapujos.
Y por hacernos brotar de lo más hondo
los deseos más sinceros de su bien con esperanza.
Sin segundas intenciones, sin querer sacar tajada,
sin pretender cambiar lo que no podemos,
sin prometer falsas respuestas inmediatas,
sin aparentar saber lo que no sabemos,
sin querer salir corriendo.
Menudo regalo, la escucha.
Intuir lo que pasa y sentirlo bien adentro.
Agradecer desde fuera todo lo que tantas veces
uno mismo desde dentro no lo puede.
Reconocer Tu paso que todo lo empapa
sin invadir en nada.
Y saberse de repente ya parte de otra vida
sin que nada de lo suyo te pertenezca.
Compartir con valentía un poco de su muerte
y descubrir insospechadamente tanta vida.
Gracias, Señor, por hacernos capaces de la escucha.
ELEGIR
Deja que la Palabra resuene en tu vida y te aliente a ponerte en camino. Te invitamos a responder a estas preguntas desde estos tres verbos que nos guían en la reflexión y nos ayudan a hacer vida la Palabra.
• Reconocer: vuelve a leer sin prisa el Evangelio. ¿Qué te ha llamado la atención? ¿Qué palabras resuenan en tu momento personal?
• Interpretar: Levantarse y estar despierto son dos verbos que nos invitan a la acción. ¿Qué te dicen hoy a ti? ¿Vives despiert@ y consciente de tu realidad y sus necesidades?
• Elegir/ponernos en camino: Este evangelio nos invita a la acción, a estar atentos y a vivir en la esperanza. ¿Dónde reconozco que hay que llevar esa esperanza y ese mensaje de aliento? ¿Qué puedes aportar?