Palabra y Vida - El pastor que necesitamos

Hoy celebramos el cuarto domingo de la Pascua que conocemos también como domingo del Buen Pastor. La Iglesia celebra la Jornada Mundial de oración por las vocaciones y nos propone rezar por ellas bajo el lema: “HAGASE TU VOLUNTAD. TODOS DISCÍPULOS, TODOS MISIONEROS”. Desde 2015 se celebran juntas estas dos jornadas: Jornada Mundial por las Vocaciones y la Jornada por las Vocaciones Nativas.

 

Pastor

Etimológicamente pastor proviene del latín pastor con el significado de quien lleva a comer, a pacer al rebaño y por lo tanto es la persona que guía y cuida el ganado. Aunque hoy el término pastor no tiene un uso frecuente y la profesión apenas tiene connotaciones familiares, sí que asistimos a una, no lo llamaré profesión, sino un trabajo que tiene algunas características del pastor como es el de indicarnos el pasto que tenemos que comer, proponernos las sendas por donde debemos caminar y pretenden influir en nosotros usando las redes sociales. Los llaman influencers, globers, instagramers, youtubers, tiktokers. Todos ellos anglicismos para expresar una tarea que consiste en guiar nuestros gustos, nuestras compras, nuestros viajes, nuestro pensamiento ofreciéndose como nuestros guías y pastores. Pero todos ellos no nos conocen y dudamos que quieran dar su vida por nosotros, intuyendo que su ayuda requiere una recompensa que explicaría su tarea.

 

Buen Pastor

Con esta expresión se presenta hoy Jesús en el evangelio. El término “bueno”, kalós en griego, no expresa la idea de mansedumbre o de bondad como a menudo hemos pensado. Kalós hace relación a la calidad de una persona o cosa porque responde a su función. Por lo tanto, la expresión Buen Pastor no quiere decir que Jesús es bueno, sino que su función de pastorear representa la perfección. Y por ahí debemos descubrir el mensaje evangélico. Admirar, sorprendernos y valorar el significado de la tarea y función que Jesús hace con nosotros. La finalidad del evangelio del Buen Pastor no puede ser otra que descubrirnos la imagen de Jesús para mejorarla, ampliarla y fortalecerla. Que le descubramos como el pastor que necesitamos para vivir nuestra vida creyente.

 

Necesitamos un Buen Pastor

Preguntémonos: ¿necesitamos un Buen Pastor? Es posible que no queremos que nadie nos marque el camino, que nadie se ocupe y preocupe de nosotros, que queramos pasar desapercibidos y nadie nos escuche, incluso que no nos interese que nadie de su vida o su tiempo por nosotros. Es una de las tentaciones de una sociedad que centra la vida en el individualismo y el egoísmo, la autorreferencialidad a la que tantas veces alude el papa Francisco como forma de vida actual. Pero si no fuera así y realmente necesitáramos un Buen Pastor, san Juan nos descubre las cualidades más significativas de Jesús a través de la imagen del Buen Pastor. Quiere que configuremos y aceptemos la imagen de Jesús bajo los valores que representa la imagen del Pastor Bueno. Entre ellas resalta lo importante que somos para Él. Le importamos y le importamos mucho de modo que quiere que nada malo nos suceda. Frente al peligro, el lobo, que ataca el rebaño, será nuestro defensor.

Un segundo rasgo que se nos ofrece de Jesús recuerda que nos conoce, que sabe quiénes somos, que para él no somos anónimos ni pasamos desapercibidos. Nuestros nombres están en su corazón.

Además, escucha nuestra voz, entabla diálogo con nosotros, establece una relación de acogida. Prueba de que somos valiosos para él y, por ello, no permite que nos dispersemos ni perdamos. Todo ello se resume en que da la vida por nosotros.

¿Es esta la imagen que de Cristo resucitado tenemos y vivimos? No sé si reconocemos en el Señor estas actitudes para con nosotros. Sin duda, que si así lo sentimos cambiará muy mucho nuestro ser sus discípulos. Que Jesús sea ese Buen Pastor para nuestra iglesia y para cada uno de nosotros sigue siendo una prioridad para reconocerle resucitado y vivo entre nosotros.

 

Finalizo expresando que hoy es un día para dar gracias por todas las vocaciones y pedir porque siga habiendo nuevos sacerdotes, religiosos y religiosas que acepten también ser buenos pastores de nuestra iglesia al estilo de Jesús.

 

José María de Valles. Delegado diocesano de Liturgia

 

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