El Programa de Empleo de Cáritas Palencia

El Programa de Empleo de Cáritas Palencia

Cáritas Palencia cuenta con numerosos programas cuya finalidad es hacer crecer a la persona y su cuidado integral. Ya nos comentaba recientemente su directora, Gloria Alonso que la principal trampa de Cáritas es cronificar las situaciones y amparar las prácticas paternalistas puras y duras.

En este sentido, uno de los programas que desde Cáritas Palencia quiere impulsarse es el Programa de Empleo. En él trabaja desde hace años Nuria Andrés y desde hace unos meses cuenta también con Laura Espina. Hablamos con ellas para que nos cuenten más detalladamente en qué consiste su labor.

¿Por qué Caritas Palencia considera que es importante contar con un Programa de Empleo?

Para Cáritas la inserción laboral de las personas vulnerables, que sufren precariedad y exclusión social es un reto y un desafío. En la sociedad actual es muy difícil una integración social completa si la persona no accede al mundo del trabajo. Por eso insistimos en trabajar la promoción de la persona.

En este programa trabajáis dos personas... ¿cuál es vuestra labor?

Nuestra labor con las personas que acuden al programa es acogerlas, acompañarlas y orientarlas en su proceso de integración socio laboral. Todo ello va acompañado de distintas acciones, itinerarios individualizados de inserción, aprendizaje de valores, capacidades y habilidades sociales, actuaciones de orientación laboral, establecemos cauces de comunicación y colaboración con el sector empresarial, etc.

¿Existe un perfil concreto de la persona que llega al programa de empleo de Cáritas?

En general, son personas con una gran motiviación para la búsqueda de su empleo, pero se encuentran en situación de vulnerabilidad o exclusión social y tienen grandes dificultades para encontrar empleo, aunque el perfil es muy heterogéneo (jóvenes, mayores de 45 y 55 años, población inmigrante, familias monoparentales...).

El Papa Francisco nos recuerda que “el trabajo es sagrado, el trabajo da dignidad a una familia y debemos rezar para que no falte el trabajo a ninguna familia”... ¿cómo llegan las personas a vuestro programa?, ¿en qué condiciones?, sobre todo ¿en qué situación emocional, llegan al programa de empleo?

Un alto porcentaje de estas personas llegan rotas, cansadas y con una autoestima muy baja. Su situación económica suele ser muy precaria y sus redes de apoyo (familia, amigos...) están muy saturadas.

Necesitan motivación y volver a creer en ellas mismas y en sus posibilidades. Tienen muchísimas potencialidades guardadas.

¿Con qué herramientas contáis para facilitar a los usuarios del programa el acceso al mercado laboral?

Nuestra principal herramienta es la propia red de Cáritas, que es muy amplia y posibilita que lleguen ofertas de empleo al programa y se puedan gestionar. Además, somos agencia de colocación y esto facilita el acceso al mundo empresarial.

Vuestro trabajo no es fácil y muchas veces el esfuerzo que realizáis quizá no obtenga los frutos deseados, pero a lo largo de estos años tendréis también algunas satisfacciones y habréis visto cómo, gracias a este programa, familias han podido salir adelante, ¿podéis contarnos alguna de estas experiencias?

Antonio (cambiamos su nombre para cuidar el anonimato) decidió hacer un alto en su vida y dejó su adicción al alcohol, tras pasar unos meses en un Centro tuvo que enfrentarse a su nueva realidad, había perdido empleos, credibilidad, rutinas, tiempo, apoyos, familia... Tenía que volver a descubrirse, llegó al programa de empleo de Cáritas lleno de proyectos, de ilusiones... pero cargado de miedos, de dudas, de inseguridad…

Juntos fuimos diseñando un proyecto personal “itinerario” donde él era el protagonista; tuvo que formarse, acudir a grupos de apoyo, aprender cómo se buscaba ahora empleo. Fue ganando poco a poco la confianza de personas que le habían dado la espalda y así, poco a poco comenzó a implicarse en la vida de su comunidad de vecinos, en la vida de su pueblo, dinamizándolo, organizando actividades culturales... Y a la par buscando y consiguiendo empleo.

Antonio volvió a descubrir la gran persona que era, a creer en él y con ello hacer que los demás también creyeran en él. Hoy es alcalde y está feliz porque sabe que su ejemplo puede animar a muchísimas más personas y porque sabe que otra forma de vivir es posible. Siempre agradece a Cáritas cómo le ayudamos, desde Cáritas siempre le agradecemos que nos dejara formar parte de su vida.

Natalia Aguado León