La Mística de la Compasión

La Mística de la Compasión

Se celebra en la casa de las Religiosas de María Inmaculada, una Jornada de Formación Social con el sugerente título de la “Mística de la compasión”. Acompaña la jornada Pepa Torres, religiosa de la congregación Apostólicas del Corazón de Jesús, teóloga, educadora social, profesora, colaboradora habitual en medios de comunicación y muy presente en las “periferias” de las que nos habla el Papa Francisco.

Esta Jornada está convocada por los distintos dinamismos que forman la Delegación de Pastoral Caritativa y Social, la Escuela Diocesana del Tiempo Libre y el Centro Diocesano de Formación.

Hemos aprovechado la ocasión para hablar con Pepa Torres sobre esta manera de mirar y situarnos ante la realidad que todos necesitamos:

¿Qué es la “Mística de la Compasión”?

La Mística de la Compasión es, de alguna manera lo que hace posible que haya unas prácticas compasivas; es la fuente de donde nace un ejercicio de projimidad en el que somos afectados; es ese educar la sensibilidad al modo de Jesús para que el sufrimiento de los otros no nos deje indiferentes, sino que nos movilice nuestros sentidos, movilice nuestra inteligencia, movilice nuestras acciones para ser como Jesús. Para ser, como Jesús, misericordia-relación, misericordia-acción ante cada encuentro humano, ante cada situación de violencia o injusticia.

Es necesaria una mística, un cambio en nuestra sensibilidad. Y es necesario que nuestras prácticas, por ejemplo, de solidaridad o de justicia, no se conviertan en una mera teoría o en una mera ideología. La mística es lo que hace que nuestra forma de estar en el mundo, en las relaciones y en la realidad nazca desde las entrañas más profundas.

El Papa Francisco, en la I Jornada Mundial de los Pobres decía, dirigiéndose a los pobres que llenaban la Basílica de San Pedro: “Les pido perdón por todas las veces que los cristianos delante de una persona pobre o de una situación pobre miramos para otro lado...”.

Miramos hacia otro lado... o bien porque somos insensibles, o bien porque no podemos sostener la mirada ante la dureza de lo que contemplamos y nos sentimos impotentes.

La mística es la que nos conecta con el Dios que nos habita dentro, con el Dios de la Encarnación que nos recuerda que Él mismo nos cita en cada situación de sufrimiento y desvalimiento de nuestros prójimos. Y que juntos podemos reaccionar, no solo fomentando un encuentro y un apoyo a las personas que sufren, sino también modificando las estructuras para acabar con el sufrimiento humano.

La mística de la compasión tiene mucho que ver con la manera de relacionarnos con los otros, pero también tiene que ver mucho con la justicia. Con cambiar las cosas de manera que el sufrimiento y la violencia puedan ser desterrados de nuestra convivencia.