El Obispado acogió ayer la primera de las ponencias de las jornadas de formación dirigidas a los sacerdotes de la Diócesis y programadas por la delegación diocesana del clero. En dicho encuentro participaron más de 70 sacerdotes.
Intervino el sacerdote Antonio Ávila, doctor en teología y licenciado en Piscología. Durante sus dos ponencias a lo largo de la mañana abordó cuales pueden ser las herramientas y habilidades en el ejercicio del ministerio en la acción pastoral. Entre otras muchas cosas, Ávila destacó la importancia de crecer en la experiencia de Dios, en la experiencia de la Fe para ser luz en medio de las naciones y ser constructivos de un orden nuevo donde los excluidos tengan un lugar en la mesa.
Al preguntarle por las habilidades y herramientas que un sacerdote debe tener para ser un animador en la comunidad, el doctor Ávila responde que son importantes la cercanía, la humanidad, la capacidad de escucha y la capacidad de misericordia comprensión y perdón y también mucha mano izquierda, comenta con una sonrisa.
Otra de las claves que analizó en su intervención fue la necesidad que existe dentro de la Iglesia de generar una Fraternidad que no camufle los problemas y desde ahí podrá llevarse a cabo la resolución de conflictos. Para ello es necesario crear espacios de encuentro, tener una actitud de escucha y seguir apostando por la corresponsabilidad de toda la comunidad.
Avila invitó a los sacerdotes que ayer se dieron cita en el Obispado a releer la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, y en especial el número 31.
Nuestras parroquias no pueden ser dispensadores de Sacramentos
Antonio Ávila asegura que se niega a entender nuestras parroquias como dispensadores de Sacramentos. Hubo un tiempo en el que había una gran diferencia entre la Iglesia docente y la iglesia discente, entre la jerarquía y los fieles y se nos pedía que fuéramos a oír y no a participar, una iglesia así se parece más a un dispensario donde uno va a ser curado y también se parece más a un supermercado donde uno va a comprar bienes celestiales, pero creo que ese es un concepto de parroquia y de Iglesia ya superado.
¿Cómo es posible equilibrar el liderazgo del animador y la corresponsabilidad de la Comunidad?
Nosotros los sacerdotes como animadores de la comunidad debemos estar en medio, potenciando el diálogo, dando seguridad al grupo y vehiculando la comunicación entre todos los miembros.
Vivimos un tiempo de transición tanto en la sociedad como en la Iglesia, las cosas no se hacen por decreto ley, tenemos que potenciar la participación del laicado y en ello estamos, aunque sea una realidad que no ha llegado a su plenitud, pero es esencial que nosotros los sacerdotes vayamos cultivando que los laicos sean responsables y corresponsables.
La próxima jornada tendrá lugar el 18 de marzo y en ella intervendrá el cardenal Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro quien abordará el tema de “Los jóvenes, la Fe y el discernimiento vocacional”.