III Domingo de Adviento - En fortaleza

III Domingo de Adviento - En fortaleza

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No es lo mismo fuerza que fortaleza, la fortaleza es algo que viene de más adentro: de la convicción, del sentido, de la experiencia, de la comunidad... Y la propuesta viene entono imperativo, de tarea: se trata de aportar fortaleza a los otros. La comunidad, el sentido, la formación, el acompañamiento... las melodías, la esperanza...

 

EN EL EVANGELIO

 

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras de Cristo, le mandó a preguntar por medio de dos de sus discípulos:

- ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Jesús les respondió:

- Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia. ¡Y dichoso el que no se sienta defraudado por mí!

Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan:

- ¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? O qué fuisteis a ver, ¿un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis, a ver a un profeta? [...]

 

ENTRE LÍNEAS

 

¿Eres tú el que ha de venir? Signos de abrir los ojos, de levantar, de dar voz, de dignificar, de restaurar. Las otras lecturas de este domingo repiten el eslogan «Fortaleced».

No es lo mismo ser fuertes que tener fortaleza. La fuerza depende de la musculatura, la fortaleza, en cambio, sale de dentro: de la profundidad, la formación, de las convicciones, del sentido, de la experiencia, de la confianza, de la fe, de la unidad, del caminar con otros, del cantar juntos la misma canción, las melodías de esperanza.

Pero el grito es “fortaleced”, suena a tarea, a misión, a transmitir a otros lo que a uno le da esa fortaleza. Para no terminar siendo como una caña, mecida por el viento.

 

EN LA VIDA MISMA

 

Antes de ayer me sucedió algo con Juan. Se acercó para decirme que no sabía hacer el resumen de un texto cortito, de unas ocho líneas. Yo le miré sorprendido, el texto, era muy sencillo. ¿Qué es lo que te resulta tan difícil?, le pregunté. ¡Es que hay que leerlo entero para hacer nada más que un resumencillo de dos líneas!, me contestó.

Esto me ha dejado preocupado. Una cosa quiero decirte, Juan: Si ahora no te pedimos el esfuerzo de hacer un pequeño resumen, un trabajo de un cuarto de hora ¿a qué te habremos acostumbrado? Escoger lo más fácil y cómodo no es un buen manual de instrucciones para la vida, para nada en la vida: ni para la amistad, ni a la hora de construirse un futuro, ni para crecer como persona, para nada.

No es nada bueno que uno esté contento porque le den siempre la razón. Flaco servicio te hace quien, por quedar bien, no te ayuda a tomar decisiones, quien te aconseja lo que en este momento más te apetece. A lo más que nos puede ayudar, quien bien nos quiere, es a sacar lo mejor de nosotros mismos.

 

PARA PENSAR

 

Piensa un poco en lo que da consistencia y fortaleza a tu ser, cómo se han ido formando tus convicciones, los sentidos de tu vida, los grupos de referencia con los que has ido o sigues creciendo, espacios de formación, de debate, de profundización...

Dónde puedes aportar alguna de esas cosas a otras personas. Pon nombres, tiempos, espacios. Dónde puedes seguir cuidando todo eso.

No está de moda, pero es obligado recordarnos que una de las mayores fortalezas para sostener la vida social viene de las asociaciones, de lo comunitario, de la comunidad... qué importancia le das.

Comodidad-Esfuerzo.Autonomía-Colaboración.Espectador-Protagonista. Yo-Nosotros. Mí-Nuestro. Queja-Edificación... ¿Cómo suele ser tu melodía?

 

Y UNA ORACIÓN

 

Ven a revitalizar nuestro ánimo,
a sacarnos de las rutinas que nos quitan la vida.

Ven a darnos nuevos bríos
para esas situaciones que son difíciles,
pero contigo lo son menos.

Ven a despertarnos el corazón adormecido
ante tanto hermano que sufre.

Ven a renovarnos la capacidad de trabajar
para ser un regalo para los otros.

Ven a liberarnos de tantas ataduras
que nos crean los infinitos deseos de tener.

Ven a sosegar nuestro cuerpo
cansado, de tanto trajín.

Ven a refrescar nuestro saber
y recorrer el camino de la vida con sabiduría.

Ven a vestirnos el corazón de fiesta,
convencidos de que nos has creado para ser felices.

Ven a volvernos creativos, osados,
comprometidos con la felicidad de los otros.

Ven a llenar de sentido la vida, nuestra vida.

Ven, llénanos de tu ilusión
para crear tu reino,
esa tierra buena, esa tierra nueva.

Ven, ven, Señor, no tardes.