Celebrando la Palabra - VII Domingo del Tiempo Ordinario

Celebrando la Palabra - VII Domingo del Tiempo Ordinario

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del VII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar un cartel con una de estas frases: “Amad a vuestros enemigos” o, “Ama y haz el bien”.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición. Acudimos a la celebración desde las tereas y compromisos de la vida. Este encuentro de bautizados pretende potenciar todo lo que somos, vivimos y hacemos durante la semana.

Nos reunimos en torno a Jesús para expresar la admiración que sentimos por el Padre Dios y, para darle gracias por lo que nos ayuda. Le presentamos nuestras inquietudes, nuestras intenciones y preocupaciones y nos unimos en el empeño de vivir lo que nos propone el Evangelio.

Canto

Saludo. Hermanas y hermanos, bendigamos al Señor, que es bueno y compasivo.

Acto penitencial. Reconozcamos nuestros pecados y acojamos la misericordia del Padre bueno. (breve silencio) Yo confieso ante Dios...

Gloria

Oración. Dios, que eres Padre y Madre, reconocemos que solo Tú eres santo y lleno de misericordia. Sentir tu presencia en nosotros es la mejor bendición. Ayúdanos a ser tejedores de vida fraterna, amando sin condiciones como nos propone el Evangelio. Por J. N. S. Amén.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. La dignidad de cualquier persona se fortalece abriéndose a la solidaridad y a la trascendencia. Tenemos experiencias gratificantes cuando desarrollamos con amplitud estos valores y llevamos la caridad hasta sus últimas consecuencias, es decir, hasta hacer el bien al enemigo. El Evangelio nos pide amor y respeto sin medida: amor y no violencia. Una manera de vivir que simboliza el estilo del cielo.

Lecturas. 1Sm 26,2.7-9.12-13.22-23. Salmo o canto. 1Co 15.45-49. Aclamación. Lc 6,27-38. Breve silencio.

Comentario homilético. El mensaje de la primera lectura es una lección de amor y perdón al enemigo. Nos muestra que la venganza es de cobardes, destruye la convivencia y por lo tanto conduce a la guerra. Los valientes no son los que hacen la guerra, los valientes perdonan, y con ese testimonio demuestran una categoría y elegancia de gran valor para la vida social. El perdón siempre hace pensar y es señal de gran espiritualidad y respeto.

Este mensaje queda abalado por el pasaje evangélico que hemos escuchado, es un texto extraordinario, Jesús propone el ideal que ha ido fraguando en convivencia con el Padre, un ideal difícil, pero lleno de sensatez, que nos invita provocativamente a ir más lejos en la práctica del amor fraterno... Amar a los enemigos, prestar con generosidad, perdonar, bendecir, responder al mal con el bien... es la mentalidad que propone Jesús frente a otras doctrinas o filosofías de la vida.

Esta mentalidad no es absurda o imposible de cumplir; al contrario, es la mejor, la única manera, de hacer presente el Reino de Dios que pedimos cuando rezamos el Padrenuestro, pues acerca un poco más la “Tierra” al “Cielo”. Sin embargo, este modo de proceder escasea, no es lo que se lleva. Y es por eso, que el Evangelio sigue siendo noticia nueva. ¡¡¡Fijaos si tiene años!!!... pues hay muchos que aún no se han enterado.

El Reino que Dios sueña y, por el que está empeñado para nuestro bien, tiene como base este comportamiento expresado con toda claridad por Jesús. Este es el Espíritu que debe respirar toda comunidad cristiana.

También es verdad que estos valores los pude vivir cualquier persona con una recta conciencia; por tanto, no son exclusivamente cristianos. Pero en nosotros hay una motivación añadida: la fe; donde entra Dios como referente. Si hemos experimentado que somos sus hijos, si hemos vivenciado que Dios es generoso y compasivo, tenemos el deber moral de proceder de la misma manera que nuestro Padre.

Asegura un teólogo contemporáneo que este pasaje evangélico es sublime, pero molesto. Es tan sublime que resulta insoportable para nuestra pobreza de miras. Pues al vernos tan lejos de este ideal estamos tentados a pasar la hoja. Y sin embargo lo que aquí se nos pide es algo que podemos poner en práctica todos los días, a todas las horas, en todos los lugares por donde discurre nuestro cotidiano vivir. Si los cristianos no estamos viviendo habitualmente estos valores, estamos privando a la sociedad de una gran riqueza: la que sale inagotable y gratuitamente del Evangelio, que, después de dos mil años, sigue siendo “Noticia nueva” y, sobre todo “Buena noticia” (silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Para que la espiritualidad cristiana empape a la Iglesia de bondad y de perdón, roguemos al Señor.

Para que todas las personas que creemos en Jesús, sepamos llevar su mensaje a todos los ámbitos de la vida, roguemos al Señor.

Para que el modo de actuar de Jesús nos transforme e incline la historia hacia el Reino de Dios, roguemos al Señor.

Para que nadie pretenda resolver los conflictos por medio de la violencia, roguemos al Señor.

Para que testimoniemos la fuerza liberadora del amor, siendo capaces de amar a los que nos quieren, roguemos al Señor.

Pidamos también por los que sufren la violencia, para que la fuerza que viene de Dios los ayude a vivir amando, roguemos al Señor.

 

 

4. RITO DE COMUNIÓN

 

Monición. Hemos escuchado decir a Jesús que el amor no tiene límites; abarca también a los enemigos; lleva a hacer el bien desinteresadamente. La propuesta de Jesús es aprender de Dios Padre que es bueno con todos.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Dios nuestro, te bendecimos con toda el alma
porque eres compasivo y misericordioso;
no nos tratas como merecen nuestro pecados
ni nos pagas según nuestras culpas,
al contrario, sientes ternura por todos
y perdonas siempre con rebosante compasión.

¡Qué inmensa es tu bondad Padre bueno!
¡Qué generoso y distinto es tu cariño!
Nos llenas el corazón de sensaciones de amor y perdón
nos invitas a ser hijos y hermanos por convicción, en total libertad.

Acoge, Padre, nuestro deseo de parecernos a Jesús
y ayúdanos a ser testigos de tu misericordia
para ir construyendo tu Reino
con oportunidades de vida, de trabajo y de conversión.

Consérvanos sensibles a tu voluntad y reconciliados.

Unidos a toda la Iglesia y a las personas de buena voluntad, nos dirigimos
a ti con la oración de los hijos y hermanos: Padrenuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión: canto.

Acción de gracias (espontáneo)

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Generosidad sin medida, a rebosar, como Dios.

Oración después de la comunión (se toma del misal)

Bendición

Monición final. Hemos celebrado la fe motivándonos unos a otros. Todos aspiramos a una vida feliz y en paz con todos. El mejor camino para conseguirlo es vivir desde el Evangelio el compromiso diario de amar y ser generosos, incluso con aquellos que son enemigos o no nos caen bien. Contamos para ello con la ayuda del Señor y de la comunidad. Buena y santa semana para todos y todas.

Canto final y despedida.