Celebrando la Palabra - Primer Domingo de Cuaresma

Celebrando la Palabra - Primer Domingo de Cuaresma

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del Primer Domingo de Cuaresma. Ciclo C.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar en un lugar bien visible una de estas frases: “No vivimos solo de pan” o, “Solo Dios merece culto”.

Junto a estas frases podemos colocar el Cartel-lema- de tu Diócesis o, el de tu zona pastoral; este es recomendable que permanezca toda la Cuaresma

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Hemos iniciado la andadura hacia la Pascua: la Cuaresma. Hay una motivación de fondo: convertir el corazón, esto no es para “aguarnos la fiesta” más bien es un motivo de profunda alegría, pues es el camino de la verdadera libertad. Tener conciencia de los propios errores es el primer paso para poder corregirlos. En este tiempo de gracia que se nos regala, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre nuestro modo de vivir. La Palabra de Dios nos ayuda cada día para encontrar luz.

Particularmente el Evangelio de este domingo primero de cuaresma nos dirá que es posible superar toda tentación. Nadie puede decir lo contrario teniendo delante el ejemplo de Jesús.

Dediquémonos a Amar con un corazón lleno de la ternura de Dios, entregando generosamente nuestro tiempo, a sanar los corazones rotos de nuestros hermanos más necesitados.

Canto

Saludo. Hermanos y hermanas, alabemos juntos al Señor que nos sostiene en la tentación.

Acto penitencial

 Si hoy se hace el rito de la imposición de la ceniza, no se hace el acto penitencial en este momento

Porque nos faltan valores, Señor, ten piedad.

Porque tenemos ídolos, Cristo, ten piedad.

Porque nos dejas ejemplo de despojo y de fidelidad, Señor, ten piedad.

No se dice Gloria

Oración. Dios, Padre bondadoso, te bendecimos por Jesús. Él es modelo de santidad y espejo para cuantos queremos convertirnos. No permitas que nos engañe ninguna tentación, ni nos despisten los afanes de este mundo. Que nos dejemos conducir por tu sabiduría, de tal manera que pasemos por la vida como verdaderos discípulos de tu Hijo, Él, que vive junto a Ti por los siglos de los siglos. Amén

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. La primera lectura es una hermosa profesión de fe. Es un credo que recuerda experiencias fundantes, esenciales, vividas en la proximidad, en la frontera de Dios.

La segunda lectura recoge también experiencias de fe en Jesús, Señor y Salvador. Cuando uno cree de verdad, siente un gran impulso desde dentro y lo exterioriza mediante gestos de entrega amorosa, regalando ternura.

En el Evangelio vamos a escuchar el relato de las tentaciones de Jesús en el desierto. Nada tan humano como la tentación; cuantas veces decimos: somos de carne hueso. Pero también tenemos que decir que, lo más deshumanizador es vivir como veletas, a capricho de la dirección del viento.

Lecturas. Dt 26,4-10. Salmo o canto. Rm 10,8-13. Aclamación, NO Aleluya. Lc. 4, 1-13. Breve silencio.

Comentario homilético. La primera lectura condensa una bella experiencia religiosa en el antiguo pueblo de Dios generación tras generación. Es una oración y una confesión de fe; la historia narrada como: “historia de salvación”, el pueblo de la alianza expresa, con una gran pedagogía y con reconocida gratitud, que Dios ha intervenido generosamente en la vida personal y comunitaria.

También nosotros tenemos experiencias de que Él no defrauda, sino que su vida está llena de signos y gestos de salvación para todo el que sepa discernir lo auténtico de su vivir cotidiano. Cuando descubrimos esto, no sólo con nuestro entendimiento, sino con el corazón, nos sobran motivos para estar agradecidos a nuestro Padre y para profesar con el corazón y con toda nuestra vida, que Él es amigo y quiere lo mejor para nosotros.

Podemos deducir, de lo que nos dice hoy el Evangelio, que, antes de comenzar activamente su etapa misionera, Jesús sintió la necesidad de hacer un retiro largo, para plantearse de manera definitiva, critica y orante su vocación y misión. El Espíritu lo fue llevando hasta lo más profundo de su realidad humana (desierto) y en esa situación vivió una profunda crisis (tentación).

En realidad, eso es lo que nos pasa a todos. Cuando uno opta por seguir a Dios, el Padre que guía a Jesús, se encontrará de frente con los dioses del mundo: el poder, la apariencia, la riqueza... y para seguir a estos dioses no hace falta ser muy rico ni muy poderoso, basta con desearlo, aparentarlo, buscarlo. Pero si nuestra fe es auténtica, ante estas situaciones, nos sentimos habitados por Dios y su Espíritu nos ilumina, nos equilibra y nos fortalece.

En Jesús la Palabra de Dios pudo más que otros mensajes engañosos. Él optó por la libertad y descartó venderse, venció el mal. Así, en la “soledad del desierto”, quedó definitivamente depurada, definida y afirmada su personalidad y su filiación divina. “Él es el Hijo”. Y, convencido de que los hijos del Padre no se alimentan solo de pan, confiesa que sólo Dios es digno de ser amado mediante un culto agradable y entiende que el proyecto de su vida ha de ir por la línea del desprendimiento, el servicio y la entrega total. Se adhiere al plan de Dios a costa de cualquier sacrificio, mostrándonos el camino a seguir.

En resumen, las tentaciones que sufrió Jesús no son muy diferentes a las nuestras; y ¿cómo respondemos ante la tentación? Buena pregunta para ir analizando nuestra realidad personal y comunitaria: ¿qué valores potenciamos? ¿qué caminos elegimos? ¿somos portadores de vida? ¿somos constructores de paz? Este es el camino hacia la PASCUA... El camino del discernimiento, caminando siempre por nuestro desierto interior para poder así, sanar el corazón, dejando que se llene del amor de Dios, convirtiéndonos en ternura entregada.

 En las comunidades donde no se haya celebrado el Miércoles de Ceniza, se pude hacer en este momento el rito de imposición de la ceniza.

Monición para la imposición de la ceniza. La ceniza en nuestra tradición cuaresmal simboliza la fragilidad humana. Recibida en la cabeza es reconocimiento público de nuestra frágil condición. Al recibirla se nos dice: Conviértete y cree en el Evangelio. Por tanto, la identificamos como el arrepentimiento y la reconciliación.

Ahora es el momento de reconocer públicamente y, proponernos en serio, una vida renovada. La ceniza recibida con un corazón sencillo, es signo de conversión, petición de perdón y confianza en la misericordia de Dios.

Acto penitencial. Reconocemos que nuestra vida está teñida de fragilidad y de pecado. Conscientes del mal que hacemos y del bien que dejamos de hacer, manifestamos nuestro arrepentimiento confianza en la misericordia de Dios.

Para que perdones todos nuestros pecados, Señor, ten piedad.

Porque necesitamos tu ayuda para cambiar, Cristo ten piedad.

Porque queremos preparar la Pascua fuertemente convertidos, Señor, ten piedad.

Oremos en silencio, desde lo hondo de nuestro corazón, para que Dios, nuestro Padre, se digne bendecir estas cenizas que vamos a imponer sobre nuestras cabezas en señal de penitencia y sentido de conversión. Toda la asamblea ora en silencio

El que preside toma el recipiente con la ceniza y lo va imponiendo sobre la cabeza de los fieles diciendo a cada uno: Conviértete y cree en el Evangelio.

Credo

Oración de los fieles

Oremos por la Iglesia, para que sea fiel frente a tanta tentación como brota dentro y fuera de ella, roguemos, al Señor.

Oremos por los hermanos y hermanas que son víctimas de la guerra y toda clase de violencia, para que se instaure pronto la paz y, puedan recuperar una vida acorde con la dignidad de toda persona, roguemos al Señor

Oremos por los pueblos ricos del mundo, para que superen las tentaciones que los hacen insolidarios e injustos, roguemos, al Señor

Pidamos que los cristianos seamos generosos y solidarios, fermento de una sociedad honrada y fraterna, roguemos, al Señor.

Oremos por nuestra Comunidad... para que vivamos la conversión en apertura creciente al Espíritu, roguemos, al Señor.

Oremos para que conscientes de nuestro pecado, no dejemos por ello de desear la salvación, roguemos, al Señor.

 

 

4. RITO DE COMUNIÓN

 

Monición. Comulgar con Jesús ayuda poderosamente a superar las tentaciones. Él nos ilumina para vivir atentos y despiertos, como corresponde a los verdaderos cristianos.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Dios, Padre nuestro,
Jesús, pionero en humanidad y experto en sensatez,
nos recomendó pedirte:
“No nos dejes caer en la tentación
y líbranos de todo lo que nos hace mal”.

¡Qué razón tenía!
La tentación nos ronda como una sombra,
nos turba y nadie se escapa de su influencia.

También Él sufrió en el desierto, en la calle,
ante sus rivales y hasta entre sus familiares y amigos.
no hay espacio en que no pueda entrar.

Dios bueno, parce que estemos hechos de tentación:
tan arraigada está en toda nuestra persona, en la sociedad...

Por eso te pedimos:
Danos luz, para hacer caso a la conciencia,
llénanos de tu Espíritu, para que sólo Tú seas nuestro Dios;
danos fortaleza para hacer frente a toda tentación.

Jesús nos insistió:” Pedid y se os dará” .
ahora, unidos a Él y todas las personas de buena voluntad,
te decimos: Padre nuestro.....

Gesto de la paz

Distribución de la comunión. canto

Acción de gracias

Enséñanos a vivir de tu Palabra, pero ayúdanos a no caer en la tentación de esperar un milagro que nos dé el pan gratis. Enséñanos a no desconfiar nunca de tu protección, pero ayúdanos a no caer en la tentación de pedir la ayuda milagrosa de los ángeles, cuando nosotros podemos y debemos quitar las piedras del camino.

Aleja de nuestro corazón el apego a los ídolos, porque solo Tú eres nuestro Señor. Y ayúdanos para que al adorarte no caigamos en la tentación de olvidarnos de nuestros hermanos, especialmente de los que más sufren el ataque de la violencia, de la guerra, y de todo tipo de injusticia.

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Mirar en nuestro interior para poder discernir con claridad el camino que conduce a la libertad auténtica, y vivirlo con gozo en la comunidad.

Oración después de la comunión (se toma del misal)

Bendición

Monición final. Hermanas y hermanos, hoy hemos visto el modo de salir airosos de los baches de la vida -tentaciones-; si nos fiamos de Jesús, la victoria está a nuestro alcance. Le pedimos Espíritu de discernimiento para elegir siempre lo bueno, lo que crea vida y fraternidad. Buena y santa cuaresma para todas y todos.

Canto final y despedida.