Saludo a los sacerdotes en la II Jornada del Clero

Un saludo, hermanos.

Con este encuentro del clero comenzamos el curso pastoral 2017-2018. Quiero comenzar dando gracias a Dios, Padre, Hijo y Espíritu que cuyo amor misericordioso nunca nos abandona y cuya providencia siempre vela por nosotros, sus hijos. Gracias por todas las gracias derramadas en nuestra Iglesia de Palencia y en nuestras personas; algunas conocidas por nosotros y otras desconocidas porque solo el Espíritu escruta los corazones y el misterio del hombre.

Quiero daros las gracias a todos y cada uno de vosotros, sacerdotes y diácono, mis hermanos, a los que estáis al pie de la obra pastoral en las distintas comunidades y a los que estáis en la retaguardia con vuestra oración, apoyo y ejemplo; a todos gracias por lo que sois y hacéis, por vuestro trabajo y sacrificio, por vuestras alegrías y esperanzas.

Este curso pasado ha sido un curso de grandes cambios en nuestra Iglesia palentina.

- Algunos hermanos de la Iglesia peregrina en Palencia han pasado a la Iglesia del Cielo; a todos los recordamos con gratitud y cariño;
- Elección, nombramiento y ordenación de Antonio Gómez Cantero como obispo de Teruel y Albarracín;
- Consulta acerca de nombramientos de Vicarios, Delegados, etc.
- Nombramiento de los mismos en etapas; muchos de ellos laicos;
- Elección de arciprestes;
- Constitución de nuevo Consejo Presbiteral, nuevo Colegio de Consultores;
- Dos reuniones del Consejo Presbiteral.
- Constitución del Consejo Pastoral Diocesano;
- Comisión del Plan Pastoral;
- Terminar de perfilar las Unidades Pastorales;
- Visitas y diálogo con los sacerdotes activos y con muchos ya jubilados;
- Auditoría de la economía diocesana;
- Revisión del Estatuto de Curia, ya en proceso final;
- Dos seminaristas en el año de Pastoral;
- Perspectivas vocacionales que invitan a la esperanza;
- Nombramiento de nuevos canónigos;
- Etc.

A todos los que habéis aceptado responsabilidades nuevas, que suponen cambios y sacrificios, muchas gracias por vuestra generosidad para con la Iglesia palentina; especial gratitud al Consejo de Gobierno y personal del Obispado.

Ha habido algunos casos de nombramientos que han salido a los medios y ha ocasionado una pequeña tormenta en la comunión eclesial; me han herido, no tanto a mí, que tengo las espaldas anchas, sino porque algunos han ofendido a toda la Iglesia Diocesana.

Ni he respondido públicamente ni voy a responder; San Juan XXIII decía en el “Diario del alma”: “Me han tirado piedras, pero no me he agachado a cogerlas y devolverlas”.

Espero que recapaciten y no rompan la comunión

En los cambios he procurado ser dialogante, consultar con todos; sin duda he tenido mis fallos, eso sí, sin mala voluntad, que procuraré corregir y si alguno he ofendido le pido perdón.

Estamos al comienzo de un curso nuevo. Vamos a tener el Plan y la Programación. Yo ruego y deseo que todos comencemos con buen ánimo, pensando y meditando qué nos pide el Señor en el servicio a nuestros pueblos, ayudándonos unos a otros, haciendo espalda uno con otros.

Y caminando unos con otros. Desearía, que, además de hacer lo ordinario de la Pastoral, pusiéramos toda la carne en el asador en seguir el Plan y la Programación anual. Especialmente deseo que cuidemos las actitudes que nos pide una cultura del encuentro, teniendo como maestro al Hijo de Dios que se encarnó y vino a nuestro encuentro, y particularmente en la fraternidad entre nosotros.

Cuidemos la fraternidad, cuidando la caridad -qué bien nos viene meditar sobre el capítulo 4º de Amoris Laetitia-, la unidad en la diversidad, el respeto, y, si es preciso, la corrección fraterna, siguiendo el proceso de Mateo 18, 15, desterrando en nuestras relaciones el aislamiento, el resentimiento, las envidias, las habladurías, los chismes, las críticas no constructivas. Os manifiesto que no aceptaré acusaciones anónimas e impersonales.

Fomentemos la corresponsabilidad con los laicos y miembros de vida consagrada, la escucha y la cercanía pastoral con los jóvenes y las familias.

Cuidemos la pastoral vocacional. Necesitamos vocaciones. Tenemos que pedirlas al Señor, y secundando las iniciativas diocesanas.

No sé si lo sabéis, pero un día el psicólogo Salvo Noé, autor de varios libros y cursos de motivación, durante la audiencia de los miércoles, regaló al papa Francisco un cartel que el papa puso en la puerta de su habitación, la 201 de la Casa Santa Marta; dice: “VIETATO LAMENTARSI”. “PROHIBIDO QUEJARSE; LO QUE ESTÁN VENGA A LAMENTARSE, ESTÁN AFECTADOS POR EL SÍNDROME DEL VICTIMISMO CON EL CONSECUENTE DISMINUCIÓN DEL HUMOR Y DE RESOLVER PROBLEMAS. ... LA SANCIÓN ES DOBLE SI LA VULNERACIÓN ES COMETIDA ANTE LA PRESENCIA DE NIÑOS. ... PARA VOLVERSE EL MEJOR HAY QUE CONCENTRARSE EN LAS PROPIAS POTENCIALIDADES Y NO EN LOS LÍMITES, POR LO TANTO: DEJA DE QUEJARTE Y ACTÚA PARA HACER MEJOR TU VIDA”. Y yo añado: Y la de los demás.

San Agustín decía: “Si hablas, habla por amor; si callas, calla por amor, si corriges, corrige por amor; que todo salga de esta raíz, porque de esta raíz no puede salir sino el bien”. Ramón Prats, pastoralista leridano, comentando 1ª Corintios, 13, de una manera libre, dice:

 

“Si eres paciente y comprensivo;

Si dejas hablar a los otros y los escuchas de verdad;

Si procuras entender su mensaje y te pones en su lugar;

Si no te consideras maestro, sino caminante;

Si te sientes tan pobre que todo lo esperas de todos;

Si no te crees destinado a dar el último toque, antes bien, consideras que la verdad no se dice, sino que se construye entre todos;

Si no te importa que tus planes sean rechazados, es decir, que sean los otros los que te hagan los planes;

Si no quieres tener todos los cabos atados, antes bien, crees que caminando se hace camino:

Sino buscas tu perfección individual (esto no es posible alcanzarlo), antes bien, crees que nadie se salva solo, ni se condena solo;

Si te sientes solidario de los que sufren y no son casi personas (hay muchas maneras de no vivir como persona), y luchas por liberaros comunitariamente;

Si no te irritas ni te exasperas porque los otros ven las cosas de una manera diferente, antes bien, los justificas siempre;

Si a los no te comprender no les guardas rencor, antes bien, los acoges con ternura;

Sui eres capaz de excusarlo todo, de disculparlo todo, pero te esfuerzas por crear a tu alrededor un clima de inteligente crítica;

Si eres capaz de creer en todos;

Si eres capaz de esperar en las posibilidades de cambio que hay en ti y en los demás;

Si eres capaz de confiar en Dios, aunque no entiendas sus caminos;

Si eres capaz de amar siempre...

¡Ama y haz lo que quieras!”

 

Confiando en el Señor, que camina con nosotros, y en la potencia de su Santo Espíritu, caminemos juntos, rememos más adentro. Que Santa María, San Antolín y todos los santos y beatos de nuestra Iglesia intercedan por nosotros.

 

Seminario Menor Diocesano
25 de septiembre de 2017