Celebrando la Palabra - La Natividad del Señor (25 de diciembre)

Celebrando la Palabra - La Natividad del Señor (25 de diciembre)

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración de la Natividad del Señor. Ciclo C.

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1. AMBIENTACIÓN

 

- Adornar la entrada y el interior de la iglesia.

- Belén bien iluminado.

- Cartel con uno de estos textos: “Dios está con nosotros” o “Dios se calza las zapatillas”.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Hermanas y hermanos, ¡¡FELIZ NAVIDAD!! Levantemos gozosamente la cabeza y el corazón, porque han aparecido la bondad de Dios y su amor a los hombres y mujeres de todos los tiempos, porque la Palabra de Dios ha hecho humana su Voz y camina nuestros caminos llenándolos de luz, de verdad, de esperanza.

Sobre cualquier tipo de sombra y de dolor ha irrumpido la cascada de luz y ha alegrado el mundo, como se alegra el labrador en año de buena cosecha. ÉL, nos abraza en nuestra soledad para enseñarnos el camino que lleva a la fraternidad.

En este tiempo de plenitud nos ha nacido la Esperanza que hace renacer el compromiso fraterno y solidario. Desde la sencillez de su venida nos enseña a tener y mantener nuestras puertas abiertas, buscando caminos nuevos hacia la fraternidad.

Bienvenidos a la celebración de la Palabra hecha ternura, cercanía y compasión.

SALUDO. Hermanos, Navidad es el gran encuentro. Bendigamos al Señor que ha querido hacerse pequeño junto a nosotros.

PREGÓN DE NAVIDAD: (Se pude hacer antes de comenzar la celebración o, en este espacio)

Alegraos, hermanas y hermanos, ¡Es Navidad!
Se han cumplido las promesas anunciadas:
Dios se ha hecho carne, se ha hecho niño;
ha nacido de María, la escogida del Señor.

Es la mejor noticia que han podido captar las ondas,
el Evangelio más favorable para la historia.

En aquel momento se detuvo reloj del viejo tiempo,
y brotó un tiempo nuevo;
la humanidad entera ha acusado el impacto salvador:

Jesús, el Mesías, restablece la Alianza entre el cielo y la tierra,
abre relaciones nuevas entre las personas y Dios.

La creación entera aplaude el gesto y canta a coro:
“Dios es nuestro amigo para siempre,
se abaja para levantarnos
se humaniza para divinizarnos.
Ha irrumpido la salvación: Dios está con nosotros”.

Sí, hermanas y hermanos, Navidad es el milagro del amor.

Es el encuentro de Dios con todos los pequeños.
Es un gesto de ternura y de misericordia sin precedentes,
es la eternidad volcada hacia nosotros por cariño y redención.

Alegrémonos, porque Dios quiere nuestro bien:
Él es el único y verdadero Salvador.

ACTO PENITENCIAL

Tú, que te has hecho débil como un niño: Señor, ten piedad.

Tú, experto en comprender y perdonar: Cristo, ten piedad.

Tú, que has venido para quedarte junto a nosotros: Señor, ten piedad.

GLORIA

ORACIÓN. Padre, Te damos gracias por Jesucristo, Él, nos ha traído la paz, le hemos esperado con mucho cariño, preparándonos para recibir su luz y llenar nuestras oscuridades de claridad. Ayúdanos a permanecer en la luz de la verdad. Te lo pedimos por Él, que se hizo uno de los nuestros y, ahora vive resucitado junto a Ti por toda la eternidad.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

MONICIÓN A LAS LECTURAS. No hay mejor mensajero que el que anuncia la paz y la salvación, junto con la justicia. Lo que el profeta gritaba es una realidad en Jesús, pero no ha llegado todavía a todos los rincones de la sociedad, la paz solo es posible con una auténtica justicia distributiva, para poder vivir con dignidad, respetando los derechos de todas las personas y grupos. Por eso, Dios, nos sigue hablando hoy atreves de los profetas de nuestro tiempo. La Palabra definitiva y más elocuente es Jesús.

En el prólogo del Evangelio de San Juan, se interpreta la historia de la Salvación, como una entrañable iniciativa de Dios de penetrar en la sociedad de la manera más humana posible. Quiere ser luz y vida para todos.

LECTURAS Is 52,7-10. Salmo o canto. Hebreos 1,1-6. Aclamación. Evangelio: Juan 1,1-18. (Breve silencio)

COMENTARIO HOMILÉTICO

Navidad es una palabra que se está volviendo ambigua. No todos la entendemos con el mismo significado. Cada año puede estar más oscurecida por la publicidad, los intereses comerciales de las multinacionales y, lo que es peor, por la indiferencia religiosa de los que nos llamamos “creyentes”. Por eso los cristianos necesitamos definir y no devaluar el sentido profundo de nuestra fiesta.

Navidad es un gran don. Celebramos que Dios se nos ha dado del todo y para siempre; se autoregala, se ofrece en Jesús y nos enseña a tejer vida digna para todas las personas.

ÉL, es el regalo del Padre, Jesús es el hermano mayor, por medio del cual Dios nos salva desde dentro de la historia personal y comunitaria. Es la referencia que se nos ha dado para contrastar lo que somos y lo que hacemos. Él es, el hombre, la criatura elegante que ha pasado por la vida haciendo el bien.

Por eso, la Navidad, con mayúscula, recuerda y actualiza una cita importante: Dios quiere verse con nosotros a ras de suelo, de calle, de caminos, acompañando nuestros esfuerzos y esperanzas, nuestras flojeras y añoranzas. Él, ya ha venido y ha dejado el campo de la historia sembrado de la mejor simiente, Ya no hay quien arranque su presencia. Nadie podrá arrancar de raíz la Buena Noticia: Dios-con-nosotros. En lo más hondo de cada ser humano hay una necesidad vital de este encuentro con Él.

Navidad es abrir el corazón para que la Palabra de Dios acampe en nuestro interior, en nuestra casa, en medio de los vecinos y vecinas, en nuestro pueblo. Es crear condiciones reales, para acoger más y mejor el regalo de su presencia y su Evangelio. Dios llega a nuestra puerta se agarra fuerte a nuestro llamador, quiere visitarnos a todos en familia. Pero, curiosamente, Jesús no puede ser salvador de nada ni de nadie, si ponemos nuestra esperanza en otros “salvadores”: dinero, prestigio, etc.

La auténtica Navidad solo tiene una explicación, el amor, un amor extraordinario, impensable, sin límites, casi de locura, Dios asume nuestra realidad, acoge nuestra humanidad y se pone a nuestro servicio: ¡¡Que iniciativa tan increíble!!

Es costumbre hacer regalos en Navidad. Muchos regalos. Toneladas de papel pintado, kilómetros de hilo y de lazos dorados, tarjetones enormes que sirven de felicitación, nuestros correos electrónicos y nuestros WhatsApp, se inundan de felicitaciones, de personas de las que no hemos sabido nada en todo el año. Queremos así saldar nuestras deudas de gratitud con quienes debemos algún favor. Pero esto muy fácil, demasiado cómodo. A un cristiano se le pide mucho más, tenemos el deber, no de hacer regalos, sino de convertirnos en regalo para los demás. Hacer de la vida un don al servicio de los más desfavorecidos. Los bautizados en la Pascua del Señor, somos deudores con todos nuestros semejantes. Tengamos el valor de examinar frecuentemente nuestra conducta de creyentes a la luz de la Navidad.

¿Cuál debe ser nuestra respuesta a algo tan extraordinario? ¿Vamos a dejar que se quede fuera? No, nuestra responsabilidad, como creyentes, es acogerlo en todas las situaciones en las que Él se encuentra hoy: inmigrantes, refugiados, enfermos físicos y psíquicos, ancianos solos, jóvenes desorientados y manipulados... abramos puertas a la esperanza de los últimos. Dios, nos provoca con su donación total, a vivir de manera nueva, continuando su tarea de: vivir acogiendo la realidad y haciéndonos regalo para los demás.

CREDO

ORACIÓN DELOS FIELES

Por la Iglesia, para que presente con atractivo la presencia humana de Dios y la verdad del Evangelio, Roguemos al señor

Para que la Navidad sea ocasión de vivir con asombro el cariño y la cercanía de Dios, Roguemos al Señor

Para que los mensajes de Navidad sean como chorros potentes de luz que nos iluminen por dentro, Roguemos al Señor.

Para que no falten profetas y misioneros de Buenas Noticias, Roguemos al Señor

Por cuantos formamos esta comunidad, para que nuestra vida refleje que acogemos la Palabra, Roguemos al Señor.

Para que la experiencia de sentirnos hijos de Dios fortalezca nuestra fraternidad con las personas más necesitadas de nuestro entorno, Roguemos al Señor

Por todas nuestras intenciones, por todas las personas que llevamos en nuestro corazón...Roguemos al Señor.

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. Jesús personaliza la mayor comunión posible entre Dios y los seres humanos, nosotros, las personas de todos los tiempos. Y el pan eucarístico evoca y simboliza esa historia divina y humana de un amor impresionante, apasionante, que comienza en Navidad.

INTRODUCCIÓN AL PADRE NUESTRO

Bendito seas, Padre, por Jesús, príncipe de la Paz.
Nacido de María y recostado en un pesebre,
es el esperado, la luz del mundo, el Mesías, el Señor.

Se entregó por todos para rescatarnos del pecado
y preparar un pueblo liberado,
dispuesto a transformar la sociedad.

Padre bueno, nos has entregado a Jesús, lo mejor de ti mismo
el hermano ejemplar que va por delante abriendo caminos a la fraternidad
y alternativas de honradez y compromiso.

El cielo y la tierra aplauden tu iniciativa
y pregonan tu generosidad.

Él ha venido para dilatar tu Reino con un amor sin límites,
con un sacrificio y una entrega ejemplares
desde el pesebre hasta la cruz.

Porque has querido ser tan bueno con nosotros,
derrama ahora tu Espíritu sobre esta comunidad reunida,
para que seamos testigos de tu Navidad verdadera.

Agradecidos por el don de Jesús
y queriendo como Él, cumplir tu voluntad,
te decimos, juntos, la oración de los hijos y hermanos. Padre nuestro......

GESTO DE PAZ

DISTRIBUCIÓN DE LA COMUNIÓN: Canto.

ACCIÓN DE GRACIAS

Jesús, creemos que eres el Hijo de Dios
hecho vecino de nuestro pueblo:
te has hecho tan nuestro que te sentimos
como uno más en nuestra casa, en la comunidad.

Eres la salvación anunciada y prometida,
la presencia divina levantando la dignidad humana.

Jesús, creemos que revelas el misterio de Dios
y también nuestro misterio personal.

Nos aportas el Evangelio de las bienaventuranzas,
una espiritualidad valorada y aplaudida,
un testimonio que despierta respeto y admiración.

Eres la mejor garantía del amor de Dios.
Bienvenido, Jesús.

Ahora eres para la Iglesia mucho más que un niño:
eres la luz que rompe todas las tinieblas,
la Palabra del cielo sembrada en nuestra tierra,
la bondad divina traducida en misericordia,
cercanía y humanidad nueva.

Gracias Jesús. El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto la Luz.

Creemos de verdad que eres Dios-con-nosotros,
el mensajero de la Paz y la vida alternativa.

Cuenta con nosotros, Jesús, para sembrar tu PAZ.

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

COMPROMISO. Transmitir la espiritualidad de la Navidad cristiana.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN (Se toma del misal)

BENDICIÓN

GESTO FINAL. (se invita a la asamblea a adorar al Niño Dios con una inclinación profunda).