Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

+ Manuel Herrero Fernández, OSA. Obispo de Palencia

Desde hace muchos años, en el IV Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor, se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. En España, tierra e Iglesias en la que antes surgían muchas vocaciones, esta Jornada la promueven la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol de las Obras Misionales Pontificias, la Confederación de Religiosos y religiosas de España, y la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades que atiende el discernimiento y el acompañamiento de las vocaciones al sacerdocio.

La Diócesis de Palencia, como no podía ser menos, también se suma a esta Jornada. Nuestra realidad es bien conocida, creo yo, por todos. Respecto a los sacerdotes cada vez somos mayores y menos en número: la edad media ronda los setenta y un años; tenemos muchos mayores jubilados que merecen nuestro cariño, gratitud y respeto, pero no tenemos relevo. Actualmente sólo tenemos un seminarista, Antonio, que se está preparando para ser sacerdote, si Dios quiere, el día de mañana. Respecto a los religiosos y religiosas, ¿qué diré? En algunos monasterios o conventos de clausura quedan muy pocas personas. Es verdad que algunas vocaciones nuevas vienen de países americanos, de África, o de Asia, pero de Palencia, antes tierra fecunda en vocaciones, muy pocas. En algunas comunidades con especial carisma para la educación, cada vez son menos, y aunque el centro educativo sigue abierto, las religiosas y religiosos al ser pocos y mayores se han tenido que unir a otras comunidades de Castilla y León. Y después tenemos que contar con la muerte: en quince días, los Misioneros del Verbo Divino de Dueñas han visto que Dios ha llamado a Sí a tres sacerdotes religiosos de la Congregación, a los Padres Santiago, Eugenio y José Abadín. El Jueves Santo murieron el P. Gonzalo, en la Trapa de san Isidro de Dueñas y la Hermana Marina, del Monasterio de las Brígidas, de Paredes de Nava. Es verdad que nuestros pueblos están envejecidos, con muy poca natalidad, etc. Pero la realidad es dura. ¿Qué hacer? El refrán castellano, sensato y sabio, dice: “A Dios rogando y con el mazo dando”. Y eso es lo que tenemos que hacer en la Diócesis. Promover las vocaciones, como nos invita a hacerlo el papa en el Exhortación Apostólica Christus Vivit y como ya se viene haciendo, intensificando las propuestas, la cercanía a los jóvenes, el acompañamiento y la escucha a los mismos. Y la oración. Ya se hace, es verdad, pero hay que insistir ante el Señor como nos indica el Evangelio. Tenemos que pedir que mande obreros a su mies, para hacer presente la Buena Noticia de Dios a los hombres con palabras y obras, las mismas del Señor Jesús.

El lema de este año en España es: “DI SÍ AL SUEÑO DE DIOS”. Es lo que propongo a todos los lectores y a todos los creyentes de Palencia. Dios tiene sueños; Su Sueño es que sus criaturas, especialmente sus hijos, todos los hombres, vivamos felices, en paz, en armonía, en justicia, en respeto, en verdad, en el amor y en amistad con él y entre nosotros, como miembros de una familia. El pecado ha sido y es nuestra respuesta su amor; hemos preferido nuestros proyectos que sabemos a lo que nos conducen, a realizar sus sueños. Pero Dios no tiene sólo sueños para todos; los tiene también para cada uno de sus hijos e hijas. Cuando, por medio del amor de nuestros padres nos ha dado la vida nos la ha dado para algo. No hemos venido al mundo como la última seta después de la lluvia, o por hacer o necesidad. Hemos venido al mundo por la voluntad de Dios, que ha pensado en nosotros y cuenta con nosotros, con cada uno, para hacer realidad su sueño. Este sueño y nuestra colaboración nos harán felices. Nos llamará a ser personas, abiertas y relacionales, a ser ciudadanos responsables, trabajadores en la agricultura, la industria o los servicios, buscando el bien común en la política, en la economía, en el ámbito social o cultural; nos ha soñado como miembros de una familia, bien como padres o madres de familia o solteros, y dentro de la Iglesia como ministros ordenados, sacerdotes o diáconos, o como consagrados, dedicados a los enfermos, a la educación, a los ancianos, a la vida contemplativa o a las misiones en otros países. Lo que tenemos que hacer es decirle que Sí, cuanta con nosotros, como contó con la Virgen María, los apóstoles, los santos canonizados o los santos de la puerta de al lado de los que habla el papa Francisco. Ellos le dijeron: sí. Aquí estoy, cuenta conmigo, sin miedo, con valentía. Decir sí al sueño de Dios para todos y para cada uno nos llenará de gozo y alegría, de plenitud. Lo podéis preguntar a los sacerdotes de vuestras comunidades o conocidos, a los religiosos y religiosas más cercanos. Dios no quita nada, lo da todo y se da todo. Nuestro mundo e Iglesia necesitan soñadores que sueñen con Dios y Dios con ellos. DI SÍ AL SUEÑO DE DIOS Y RUEGA AL SEÑOR PARA QUE MANDE OBREROS A SU MIES.