ROJO, muestra del amor, de la entrega y la sangre que dio por amor. La pasión que supone el nuevo mandamiento “que os améis unos a otros”.
“Os doy un mandamiento nuevo”
La amistad, el amor de Jesús nos traslada a otro nivel de relaciones. Nos impulsa a salir de nosotros, a iniciar una relación desinteresada, sencilla, incondicional, abierta, iluminada por la fuerza de su Luz, que brota en la Pascua y se abre a Pentecostés, a la Misión.
Es un amor que ilumina a los demás, que es compasivo, servicial, transmitiendo vida y perdón.
Es el amor que sufre con los que sufren, por la enfermedad, la pandemia, las guerras actuales, los desplazados de sus hogares... los que están lejos y los que tiene a su lado, en la acera de nuestras calles...
Evangelio de S. Juan 13, 31-33a. 34-35
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará.
Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros.
La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros».
Papa Francisco
«Sólo seremos de verdad bienaventurados, felices, cuando entremos en la lógica divina del don, del amor gratuito, si descubrimos que Dios nos ha amado infinitamente para hacernos capaces de amar como Él, sin medida.
Como dice San Juan: “Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”».
(Homilía de S.S. Francisco, 28 de septiembre de 2015)
Oración
Amaos como yo os he amado y amo;
este es mi deseo más íntimo
y mi único mandato;
es mi testamento y evangelio
porque quiero que seáis mis amigos
y hermanos con los que comparto todo,
y no siervos, pedigüeños y esclavos.
Amaos: respetad vuestras diferencias,
gozad vuestras riquezas,
abrid vuestro corazón, daos;
no os retengáis, no os adueñéis,
no os esclavicéis.
¡Amaos como yo os he amado y amo!
¡Y gozaos!
Florentino Ulibarril
Reflexión
Pedro podemos ser cada uno de nosotros. Revivamos su experiencia. Cuando llegan las horas duras, de peligro de fracaso, no conocemos a Jesús... Cuando llegan los momentos felices, como la transfiguración, nos queremos quedar con Él. Cuando nos pregunta si lo amamos, nuestro corazón se encoje y nuestros ojos se humedecen y solamente sabemos decir: Tú sabes que te amo. Sí con nuestras debilidades y pecados... Mirémonos en los ojos a Jesús... y sintamos su luz y misericordia.
Escuchar esta canción de J. Pedro Martins: "Os doy un mandamiento nuevo"