XXVI Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo

XXVI Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo

El 21 de noviembre, bajo el lema “Retos y esperanzas en el mundo del trabajo ante la situación actual y futura de la Covid-19”, se han celebrado las XXVI Jornadas Generales de Pastoral del Trabajo.

Estas Jornadas han sido espacio para compartir las situaciones de vida de los hombres y mujeres del mundo del trabajo, agravadas por la actual pandemia, ahondando en la precariedad, el desempleo y la negación de su dignidad a tantas personas: mujeres, jóvenes, personas migrantes, cuyos ingresos dependen de la economía informal. También hemos compartido una lectura creyente de esa realidad desde el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, ayudándonos a descubrir retos y esperanzas en el empeño por construir la historia en “términos de comunidad, de prioridad de la vida” (Fratelli Tutti, 116).

Desde diferentes ámbitos y perspectivas, las aportaciones de los ponentes nos han ayudado a fijar la mirada y a reafirmarnos en que no podemos seguir “normalizando” tantas situaciones donde el empleo no garantiza una vida digna, donde crece la pobreza, la exclusión y la precariedad. Nos han ayudado a recordar especialmente a quienes la crisis golpea de nuevo; a las empleadas de hogar, a los temporeros, a las personas que trabajan en la economía informal, a las víctimas de la siniestralidad laboral, a los jóvenes.

El conjunto de las reflexiones de estas Jornadas, nos han reafirmado en la convicción de que, frente a un mundo que descarta y deja a tantas personas en los márgenes, hoy se hacen más necesarias políticas, leyes, medidas de protección, recursos sociales y económicos, como por ejemplo rentas mínimas, reforma fiscal, ley de extranjería, reparto del trabajo. Necesitamos fortalecer las organizaciones sociales y sindicales. Frente a una “economía que mata”, que genera víctimas y destruye el planeta, tenemos que conjugar los verbos: acoger, proteger, promover e integrar, como dice el papa Francisco.

Hemos tomado más clara conciencia de que, al analizar la realidad originada por la Covid-19, es necesario extremar nuestra sensibilidad para ver, juzgar y actuar. Tenemos que añadir el dolerse, soñar y celebrar, tomando conciencia de que el futuro está por construir; que para garantizar una vida digna a todas las personas necesitamos hacer realidad las tres “T”: tierra, techo, trabajo.

Hacemos nuestro el sentir del Papa Francisco, que nos insiste, en Laudato si’ y Fratelli tutti, en el empeño por hacer de la “casa común”, un “hogar habitable” donde vivir como familia humana, pasando del yo al “nosotros”. Es tiempo de asumir riesgos y generar esperanzas. Hay posibilidades para la solidaridad y para crecer en humanidad. Como Iglesia, hemos de estar ahí.

Secretariado de Pastoral Obrera y del Trabajo