Celebrando la Palabra - San Pedro y San Pablo

Celebrando la Palabra - San Pedro y San Pablo

Material para el Animador de la Palabra.

Celebración del XIII Domingo del Tiempo Ordinario. Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo.

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1. AMBIENTACIÓN

 

Podemos colocar delante del altar estas dos frases: “Tú eres Pedro” o “Para mí la vida es Cristo”.

 

 

2. RITOS INICIALES

 

Monición de entrada. Bienvenidos a la celebración en la festividad de los apóstoles Pedro y Pablo. Dos columnas de la Iglesia, maestros inseparables de fe y de inspiración cristiana, por su autoridad, son sinónimo de todo el colegio apostólico. A Simón pescador de Betsaida, Jesús le llamo Kefas- Piedra y le dio el encargo de guiar y confirmar a los hermanos, a pesar de su frágil temperamento. Es uno de los primeros testigos de la Resurrección del Señor.

Pablo de Tarso, perseguidor de la Iglesia y convertido en el camino de Damasco, es un hombre de espíritu vivaz y exquisita formación recibida de los mejores maestros de Israel. Animado por una gran pasión por Cristo, recorrió con su dinamismo el Mediterráneo anunciando el Evangelio.

Celebremos con gran alegría la vida de estos dos grandes testigos del Señor resucitado.

Canto

Saludo. Hermanas y hermanos, bendigamos al señor, que nos llama a vivir la fe transmitida por el testimonio apostólico.

Acto penitencial

Tú que perdonaste a Pedro cuando renegó de ti: Señor, ten piedad.

Tú que convertiste a Pablo en apóstol tuyo: Cristo, ten piedad.

Tú que, por la sucesión apostólica, nos aseguras el perdón de los pecados: Señor, ten piedad.

Gloria

Oración. Oh, Dios, que nos llenas hoy de santa y festiva alegría en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, concede a tu Iglesia seguir en todo las enseñanzas de aquellos por quienes comenzó la difusión de la fe. Por J. N. S.

 

 

3. LITURGIA DE LA PALABRA

 

Monición a las lecturas. Pedro, en la primera lectura, no nos ofrece soluciones económicas, técnicas (dinero no tengo), pero sí que nos da el impulso de una fe que va en el sentido de la liberación total de las personas. Pablo, por su parte nos dice, en la segunda lectura, que tiene una honda experiencia de la absoluta gratuidad de su fe. Fue Dios quien tuvo la iniciativa para llevarlo al conocimiento de Cristo.

El Evangelio nos dice como debe ser la responsabilidad de los dirigentes de la Iglesia: siempre debe ir en razón directa de su práctica de amor al prójimo. Pero esta práctica no es un puro fruto de la una decisión humana, sino un don que se recibe de la mano de Dios.

Lecturas. Hch 12, 1-11. Sal. 2 Tim 4, 6-8. 17-18. Mt 16,13-19. (breve silencio)

Comentario homilético. La fiesta (solemnidad) de estos dos apóstoles, príncipes y columnas de la Iglesia, nos debe hacer recapacitar sobre el sentido de la fe y sobre el servicio a la Iglesia.

Tener fe es vivir la verdad existencial propia: como Pedro, somos hombres débiles, pecadores y a la vez creyentes. Nuestra tarea en la Iglesia es un servicio caritativo, que asegure la unidad por medio del amor, un servicio, (presencia), que confirme a los hermanos desde la oscuridad de la persecución, la negación y el arrepentimiento. Y esta es una responsabilidad (corresponsabilidad), de todo el Pueblo de Dios, de cada creyente, somos Iglesia misionera-apostólica, con el deber de que todos oigan la verdad del Evangelio.

Pedro descubrió abiertamente quien era Cristo y lo proclamó con fe y con el testimonio de de su vida entregada hasta la muerte. Pablo, después de su conversión, solamente vivió para el servicio del Evangelio. Nos apoyamos en la roca firme del testimonio de estos dos apóstoles, debemos responsabilizarnos en afianzar nuestra fe en Cristo Jesús y en confirmar con nuestra vida la fe de los demás hermanos creyentes. De este modo nos situaremos en la línea de la más genuina tradición apostólica.

La enseñanza principal de estos dos apóstoles es que el seguimiento de Jesús no es una tarea fácil: Los dos tiene una historia de rebeldía antes de aceptar total e incondicionalmente a Jesucristo. Durante los tres años que Pedro acompaño a Jesús por los caminos, no llegó a entender la novedad de su mensaje, el seguía viviendo como un judío anclado en sus tradiciones. El definitivo acontecimiento de su conversión-entrega incondicional-, se produjo después de la muerte y resurrección de Jesús.

Lo mismo podemos decir de Pablo que antes de su conversión, servía fielmente a Dios, pero estaba a años luz de la novedad traída por Jesús.

Constatar esto, las experiencias de estos dos grandes testigos tienen que ser para nosotros motivo de aliento en el camino del seguimiento al Maestro, para poder vivir el Evangelio, pues también nosotros encontramos muchos obstáculos.

Si somos coherentes con nuestra condición de bautizados tendremos que convertirnos cada día para mejor seguir al Señor y ser sus testigos de su Evangelio hasta los confines de la tierra. (silencio de interiorización)

Credo

Oración de los fieles

Por el Papa León, sucesor de Pedro, para que realice su misión de guardar la unidad en la caridad de todas la Iglesias y confirme en la fe a sus hermanos. Roguemos al Señor.

Por la Iglesia, presente en la diversidad de naciones, pueblos, razas y culturas, para que su misión evangelizadora lleve siempre el conocimiento de Cristo a todas las personas. Roguemos al Señor.

Por las Iglesias perseguidas en algunos países, para que permanezcan firmes en la confesión de la fe y el testimonio cristiano. Roguemos al Señor.

Po nosotros, aquí reunidos, para que perseveremos fielmente en la enseñanza y la misión recibidas de los apóstoles. Roguemos al Señor

 

 

4. RITO DE LA COMUNIÓN

 

Monición. Nadie garantiza la libertad como Dios. Donde está su Espíritu, allí crecen la libertad y los compromisos valientes. Aprendamos hoy de Pedro y Pablo a ser valientes, desprendidos y arriesgados.

Canto

Introducción al Padre nuestro

Padre bondadoso, nos has hecho a tu imagen:
por eso nos quieres, espirituales, libres y felices.
Tenemos buenas vibraciones, ganas de ser buenos.
queremos cumplir tu voluntad y seguir a Jesús.
Pero conoces también nuestra debilidad y pecado.

Muchas veces somos una confusión:
No hacemos el bien que queremos
y hacemos el mal que no queremos.
así lo expresa tu apóstol Pablo.

Tú nos das la solución: seguir al Espíritu:
como hizo Pedro después de Pentecostés.
Y tienes toda la razón:
nadie enseña, ni guía, ni libera
como el Espíritu que nos has dado.

Padre bueno, bendícenos con el don de la libertad.
Enséñanos a valorar el equilibrio interior.
ilumínanos para aprender de Jesús y seguirlo,
como Pedro y Pablo y, los innumerables testigos
a lo largo de la historia.

Animados por su ejemplo, rezamos juntos
la oración de los hijos y los hermanos: Padre nuestro...

Gesto de la paz

Distribución de la comunión: canto.

Acción de gracias

Te damos gracias Jesús. Eres para nosotros:
El ideal que atare nuestras aspiraciones.
El buen pastor que cuida entrañablemente de todas las ovejas
El Evangelio vivo que ilumina nuestros pasos.
La verdad que aclara dudas y mentiras.
El camino que conduce a la plenitud y al encuentro con el Padre bueno.
El Hermano ejemplar, amigo y redentor.
Jesús, que bendición haberte conocido.

 

 

5. RITO DE CONCLUSIÓN

 

Compromiso. Romper con todo lo que me impide seguir con libertad a Jesús.

Oración después de la comunión. (se toma del misal)

Bendición

Monición final. Hermanas y hermanos, la libertad se conquista cada día. La libertad interior la alcanzamos por la fidelidad al Espíritu. Pero hay que alcanzar también la libertad social; sin esta, la libertad personal queda rebajada. Recordemos que el seguimiento de Jesús y los valores importantes no admiten vacaciones. En todo tiempo, también en verano los hemos de trabajar; nunca han de quedar apartados. Tenemos el ejemplo de los Apóstoles. Felicidades para todos los Pedros y Pablos.

Canto final y despedida