El Miércoles de Ceniza da comienzo al tiempo litúrgico de la Cuaresma. En este día -que no es de precepto, aunque acude a misa mucha gente que normalmente no asiste-se bendice e impone la ceniza hecha de los ramos de olivo bendecidos en el Domingo de Ramos del año anterior. Este ritual de imposición de ceniza se celebra desde el siglo XI, aunque es un signo penitencial que ya encontramos en el Antiguo Testamento.
Antropológicamente, se trata de un signo muy potente: muchas personas, incluso poco religiosas, intuyen que es una oportunidad de comenzar de nuevo, con una idea muy realista y contracultural: “polvo eres y en polvo te convertirás”. Una de las razones de que este rito sea tan popular en todo el mundo es que cualquiera puede recibirlo, incluso no católicos ni cristianos: ateos, budistas, hindúes, judíos... El Catecismo de la Iglesia Católica define la ceniza como un “sacramental”, es decir, un “signo que no confiere la gracia como los sacramentos, pero prepara a recibirla y dispone a cooperar con ella”.
El Directorio sobre la piedad popular y la Liturgia (nº 125) nos explica mejor este símbolo: “El gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal. Se debe ayudar a los fieles, a que capten el significado interior que tiene este gesto, que abre a la conversión y al esfuerzo de la renovación pascual”.
Como parte del "ayuno" y del espíritu de renuncia y simplicidad, muchas personas se hacen propósito de "ayunar" también de cosas que no son comida. En Estados Unidos, la revista Christianity Today analizó en 2018 un total de 12.000 tuits en los que la gente manifestaba sus deseos de renuncias cuaresmales, y el resultado fue el siguiente: redes sociales (743 tuits), twitter (608 tuits), alcohol (469 tuits), chocolate (285 tuits), carne (menos de 200 tuits), café, la comida rápida, el sexo, los dulces...
El Papa Francisco, en su mensaje para la Cuaresma, recuerda el sentido profundo de este tiempo: “Quien cree en el anuncio de la Buena Noticia de la muerte y resurrección de Jesús, rechaza la mentira de pensar que somos nosotros quienes damos origen a nuestra vida, que nace del amor del Padre, de su voluntad de dar la vida en abundancia. Os recuerdo lo que escribí a los jóvenes en Christus Vivit 123: «Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez»”. ¡Buena Cuaresma!
Julio J. Gómez
