Día Mundial de la Tierra

Día Mundial de la Tierra

Cada 22 de abril se conmemora, a nivel mundial, el Día de la Tierra. Alguna vez nos preguntamos, ¿qué significa ese día? ¿Y a qué nos condiciona? Se nos nombró custodios y administradores de ella, pero ¿realmente lo hacemos?

Varios Papas, tras recoger las reflexiones de numerosos científicos, filósofos y teólogos, así como de organizaciones sociales sobre estas cuestiones, han hecho hincapié en este tema.

El beato Papa Pablo VI, se refirió a la problemática ecológica, presentándola como una crisis, consecuencia dramática de la actividad descontrolada del ser humano.

San Juan Pablo II, en su primera encíclica, advirtió que el ser humano parece no percibir otros significados de su ambiente natural, sino solamente aquellos que sirven a los fines de un uso inmediato y consumo.

 Benedicto XVI renovó la invitación a eliminar las causas estructurales de las disfunciones de la economía mundial y corregir los modelos de crecimiento que parecen incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente. Nos propuso reconocer que el ambiente natural está lleno de heridas producidas por nuestro comportamiento irresponsable.

El Papa Francisco, incansable luchador por el medio ambiente, nos exhorta continuamente sobre la conservación de la naturaleza.  E insiste en que toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, así como de las estructuras consolidadas de poder que rigen la humanidad.  La destrucción de la diversidad biológica, la degradación de la integridad de la tierra desnudándola de sus bosques naturales o destruyendo sus zonas húmedas, la contaminación de las aguas, el cielo y el aire, suponen un crimen contra la naturaleza y a la vez  un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios

El desafío urgente de proteger nuestra casa común requiere la necesidad de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden y deben cambiar. De mí, de ti, de nosotros, se espera el compromiso para conseguirlo.