El título de este artículo encabeza también el documento de la Acción Concertada de Justicia y Paz de Europa para los años 2023-2024. Urge hacer frente a tantas crisis que nos golpean en cualquier lugar de nuestro mundo globalizado pero a la vez tan dividido y fragmentado. Confiamos no obstante en que la humanidad encuentre los recursos materiales y espirituales para reconectar este mundo y reconstruir un orden judicial, político y económico en que el compartir fraternamente sea el rasgo fundamental. “La ayuda mutua entre países en realidad termina beneficiando a todos. Necesitamos desarrollar esta conciencia de que hoy o nos salvamos todos o no se salva nadie” (Cf. la Enc. Fratelli Tutti del Papa Francisco, nrs. 137-138).
La Acción Concertada de Justicia y Paz Europa nos habla de “un océano de miedos” que se ha extendido. El documento analiza las consecuencias de estos miedos en la sociedad actual y nos habla también de la manipulación de estos miedos para crear divisiones en muchos países. El documento trata las serias consecuencias de estos miedos que se reflejan en temas tan importantes como son: la seguridad en Europa ( la guerra en Ucrania, el temor de una guerra nuclear…) , el cambio climático (eco-ansiedad es un trastorno psicológico cada vez más frecuente) , la presencia de migrantes y refugiados de otros continentes y culturas que causa miedo de perder la cultura y las tradiciones, un miedo alimentado por partidos populistas en toda Europa y por varios sectores en los MCS.
El sistema económico vigente en el mundo y su “adoración” es la causa principal de graves problemas: más injusticias, más exclusión social, más pobreza, más brechas entre Norte-Sur, más violación de derechos humanos, más cambio climático. Cambiar la mentalidad, cambiar la economía de despilfarro en una economía circular causa inseguridad y miedo, encuentra gran resistencia en las élites económicas que gobiernan nuestro mundo. No obstante, en la profundidad de nuestro corazón e inspirados por el Evangelio y la Enseñanza Social de la Iglesia, sabemos que este cambio fundamental ofrecerá una vida digna para todas las personas, sobre todo para las personas más vulnerables y empobrecidas, y estará en gran beneficio de las futuras generaciones y el futuro mismo de la Madre Tierra.
Justicia y Paz Europa está profundamente preocupada por la creciente anarquía de un escenario internacional en el que los Estados más fuertes oprimen a los más débiles, se violan impunemente los derechos humanos y se destruyen los fundamentos ecológicos de la vida humana. Los miedos que existen hay que tomarlos en serio, pero también tratarlos desde claves humanas y cristianas. Un tratamiento que debe promover un discernimiento entre preocupaciones legítimas por un lado y excusas y manipulaciones de la verdad por otro lado. Precondición para mejorar la situación actual de gran desconfianza y de enfrentamiento bélico es construir puentes de diálogo sincero entre los pueblos y dentro de nuestra sociedad multicultural, entre los distintos partidos políticos que deben trabajar por el bien común, fortalecer la cooperación internacional, reinventar la comunicación, y “garantizar los acuerdos multilaterales para la protección de los Estados más débiles” (Cf. FT 174). En este proceso de curar las heridas de la humanidad se necesita escoger la dignidad humana como el eje central y así promover una cultura de encuentro, ser nosotros mismos espacio de encuentro dentro y fuera de la comunidad cristiana, que ofrezca esperanza en un mundo desesperado.