La cultura del cuidado como camino de la paz

La cultura del cuidado como camino de la paz

En medio del gran peligro en que se encuentra la humanidad ahora por varias crisis que se presentan a la vez y confluyen en una crisis muy grande -la pandemia se junta con la crisis climática, alimentaria, económica y migratoria (cf. Mensaje nr.1)- el Papa Francisco, en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del pasado 1 de enero de 2021, ofrece la alternativa de establecer una cultura de cuidado, camino verdadero hacia una paz duradera y una cultura donde la mujer debe desempeñar un papel importante. Hay que erradicar una cultura de indiferencia, de despilfarro y confrontación y combatir una mentalidad nefasta que reina en la sociedad y considera a la persona como un objeto, un número, una cosa útil hasta tirarla.

Además el Papa condena de modo muy claro la evidencia con la cual aceptamos las guerras y conflictos y desaprueba destinar tantos medios para las armas, especialmente las armas nucleares, mientras estos medios se necesitan urgentemente para promover la dignidad de la persona y resolver otros grandes problemas que azotan gran parte de la humanidad como el hambre, la falta de educación, salud, casa y trabajo digno. Todos son derechos básicos pero ausentes o pisados en muchos países del mundo. El Papa Francisco avisa de que «el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás». Y nos recuerda que Dios ha enviado a Jesucristo, su Hijo amado, para «anunciar la Buena Noticia a los pobres, proclamar la liberación de los cautivos, dar la vista a los ciegos y dejar en libertad a los oprimidos» (Lc 4,18). Estamos invitados a abrir nuestro corazón para participar en esta misión.

Es una invitación perenne de Dios Misericordioso que quiere salvar a todos, y se visibiliza en la Cruz de Cristo cuyo sacrificio nos ha liberado de la esclavitud del pecado y de la muerte, abriendo un camino a una cultura del cuidado y dejando atrás una mentalidad cainita. Esta es una hora importante en la historia de la humanidad. Paz, justicia y conservación de la Creación son temas indisolublemente relacionados. Si no entendemos esto y queremos volver a las “ollas de Egipto” en vez de aceptar a Cristo como Luz del Mundo (cf. Jn 1, 9-10) nuestro futuro será indudablemente más oscuro e incierto. La decisión entonces es nuestra: seguir la brújula de la Doctrina Social de la Iglesia para promover una cultura del cuidado, camino privilegiado de la paz según el Papa Francisco, ser profetas y testigos de la cultura del cuidado o por otro lado, muchas veces por omisión, ser cómplices de la cultura del descarte y del despilfarro.