El transhumanismo

El transhumanismo

El transhumanismo se ha convertido en uno de los objetos de debate filosófico más acuciantes en el siglo XXI. Este término, acuñado por Julian Huxley en 1957, se basa en la creación de un humanismo científico que pudiera convertirse en una religión secular. El ser humano podría trascender su condición de humano para llegar a concentrar todos los fragmentos de su conciencia en una autoconciencia cósmica total que diera plenitud a la sustancia universal y única de la que todo forma parte.

Sería abandonar las creencias en un Dios trascendente, como plantea la religión cristiana, y descubrir la inmanencia divina en la naturaleza, que se hace autoconsciente en el hombre. Así, se ha convertido en un movimiento intelectual y cultural que afirma la conveniencia de mejorar la condición humana mediante el desarrollo y la aplicación de tecnologías para eliminar el envejecimiento y mejorar en gran medida la capacidad intelectual, física y psicológica. ¿Acaso la ciencia nos hará inmortales?

En los próximos años veremos un crecimiento exponencial de posibilidades en el ámbito de la genética, la inteligencia artificial, la neurociencia y la tecnología aplicada a la salud humana; pero, junto a ello, se debería generar una reflexión en torno a cuáles son las implicaciones éticas, bioéticas y jurídicas de dichas aplicaciones.

La ciencia y la técnica nos ponen de manifiesto los desafíos que debemos afrontar con sabiduría y prudencia. Hoy, más que nunca, es necesaria la reflexión ética para hacer un buen uso de la tecnología y la cuestión de fondo es formar a las nuevas generaciones para que sepan qué visión de lo humano se plantea en el horizonte: una visión basada en los valores cristianos y principios que respeten la dignidad inalienable del hombre en su estructura tridimensional: cuerpo, psique y espíritu o una visión al servicio del poder absoluto, la salud absoluta hasta la inmortalidad a través de la ciencia que nos convertirá en el homo deus, en un nuevo hombre-dios.